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Vengo de escuelas con olor a humo | Por Loada Balmaceda | | ||
* Una docente jubilada de la zona vuelve a la escuela a entrevistar a una colega suya para hablar de la educación. * Impresiones de su profesión de esta integrante del blog viejoslaspelotas. | ||
Vengo de escuelas estatales. Trabajé en una escuela de chacras durante 26 años. Fue en la Escuela Nº 31 de Colonia Rusa, entre Roca y Cervantes, acá en Río Negro, escuela de aquel entonces con olor a humo, guardapolvos blancos, pizarrones negros, patios de lajas, campana de bronce y, básicamente, "una escuela del Estado", hoy en decadencia por intereses económicos, propósitos mercantiles y mercado laboral. Afortunadamente escuellas como aquella en que trabajé buena parte de mi vida todavía existen. En algunos lugares son únicas, por supuesto con ciertos cambios físicos, modernizadas y con vías de actualización en su equipamiento, Algunas, no todas. En ellas, en las que quedan, encontramos maestros con alto grado de vocación y compromiso que permanecen en sus aulas resguardando su esencia y defendiendo sus derechos: los mentados derechos a la Educación. Con satisfacción y orgullo aún siento vibrar dentro de mi las escuelas públicas, gratuitas, obligatorias, laicas, donde aprendí mis primeras letras, donde impartí mis enseñanzas, donde me formé a través del tiempo y llegué a jubilarme en un cargo jerárquico, valiéndome de mi título de Maestra Normal Nacional, También luché como gremialista por ellas. Siempre me decía “para ser buena gremialista y tener derecho al reclamo, en primer lugar, hay que cumplir con las obligaciones que hacen a la labor educativa. Eso sí, nunca perder los derechos porque es muy difícil recuperarlos. Siempre hay que luchar por ellos, con firmeza respeto y decoro. Somos maestros". Vivo en Cervantes, alejada del ritmo escolar activo. desde hace 22 años pero no indiferente a sus vivencias, siendo mediadores de información mis propios nietos, los medios de difusión y la calle. Impulsada por mi curiosidad, mi amor a la docencia y mi espíritu inquieto me acerco a la Escuela Primaria Nº 57 de mi pueblo, Cervantes, para saber qué pasa, qué piensa y qué hace su gente. Si los tiempos cambiaron muchos me inquieta saber, constatar. Por ello entrevisto a una de las docentes oriunda del lugar y con un tiempo de ejercicio en la misma escuela donde yo trabajé. Ella es Lidia César, actualmente en el cargo de vicedirectora. En horas de la mañana me recibe amablemente y me conduce hasta su despacho (ambiente pequeño, adaptado para su función, equipado sobriamente, guardando detalles estéticos propio de su gusto y estilo). Aclara que siempre ha trabajado en escuelas del estado -en ésta ubicada en la zona urbana, en las chacras y en las de adultos-. -¿Qué opina sobre las escuelas estatales? -Las escuelas estatales son para todos. Congregan distintos niveles sociales pero no se notan. Los niños no se destacan por su situación social ni económica sino por su rendimiento, capacidad, solidaridad y conducta. Me siento muy feliz de trabajar siempre en este tipo de escuelas públicas, especialment en ésta porque se mantiene totalmente cuidada, equipada, con maestros responsables, personal comprometido, alumnos estudiosos y padres que respetan al personal y colaboran mucho. Coincido con aquello que dice que "La escuela es del Pueblo”. Considero que las escuelas privadas se propagaron rápidamente por los bajos salarios pagos por el gobierno, por la situación económica insostenible del maestro que tuvo que realizar doble turno o bien renunciar e ir a trabajar a ellas. También por las consecuencias lógicas de las luchas de los docentes. ¿-¿Cómo eran los maestros de la década del 50 o del 60? -Los maestros de antes eran más estructurados. Se sentían y los hacían sentir dueños del grado. Tenían autoridad y eran, muchos de ellos, muy autoritarios. La palabra del maestro era sagrada. Los padres los respetaban mucho. Sí o sí colaboraban en actividades extraescolares , ya sea con las cooperadoras, centro de ex alumnos o club de madres. No trabajaban por áreas pero correlacionaban las unidades en sus planificaciones anuales. Así como se exigían en su labor también exigían a sus alumnos. La vida escolar era sumamente importante para la comunidad como lo era el maestro. Siempre hubo un contacto fluido entre alumnos, padres, maestros e inclusive autoridades locales -¿Y ahora cómo son? -Los maestros de hoy son más premisivos. Dejan hacer. Los niños tienen la posibilidad de expresarse con más libertad, en todos los órdenes. Construyen sus propios conocimientos. Son más auténticos. Entre los colegas comparten sus enseñanzas, sus trabajos. Además correlacionan juntos por áreas asumiendo otro tipo de compromiso y responsabilidad. Los padres participan activamente en la organización y conducción de los actos escolares o eventos afines. En caso de tener algún problema de conducta de sus alumnos, hoy, los padres tienen una actitud distinta a los de antes, ya que defienden a sus hijos. Aunque puedo asegurar que son muy pocos los problemas que tenemos. A nivel institucional la escuela está favorecida porque la mayoría del personal docente es titular. Tienen sentido de pertenencia. Es decir, la escuela es de todos y la hacemos entre todos. -¿ Tienen proyectos educativos?. -Sí, por supuesto. Tenemos el que llamamos PIEE o sea Proyecto Institucional Educativo, es un convenio entre Nación y Provincia. Por esta razón contamos con la enseñanza de Informática , un cargo de profesor y 10 computadoras. Próximamente tendremos Internet. Por otra parte, hay 3 televisores a disposición del alumnado, tanto para el turno mañana como para el de la tarde. En cuanto a otros proyectos puedo citar el de Integración que incluye a niños con diferencias de capacidades y/o rendimiento escolar y el de Articulación que ya venimos efectuando con el Nivel Inicial( los Jardines de infantes). Sólo queda pendiente el que debemos elaborar con el Nivelo Medio. -¿De qué manera colaboran o asisten a niños de bajos recursos? -Bien, el Consejo Escolar de la Provincia envía guardapolvos y zapatillas. La Nación útiles escolares y libros mientras que el Gobierno Provincial transfiere partidas de alimentación que llegan y administra el Municipio. Por otra parte también se hace cargo del transporte escolar. Puedo agregar que el mantenimiento del edificio corre por cuenta de la Municipalidad. Suena el timbre y damos por finalizada la entrevista, dejándome como extra una anécdota. Le agradezco su atención y la acompaño hasta el aula de 4to.grado donde seguirá trabajando. En conclusión, amo las escuelas populares, democráticas y abiertas para todos. Las amo porque armonizan los niveles sociales heterogéneos, trabajan teniendo en cuenta las potencialidades de los niños, humanizan al maestro, garantizan la libertad de expresión y por sobre todas las cosas son gratuitas. Viven luchando por mantenerse en pie, aún sabiendo que muchas veces son desmerecidas y desprestigiadas aún por los propios Estados que las crearon, sean nacionales o provinciales. Doloroso, pero cierto. Aún así siguen en pie. LOADA BALMACEDA // oadabalmaceda@yahoo.com.ar La anécdota que me contó Licia César recuerda que para un aniversario de la escuela, los maestros del turno mañana al que pertenecía se pusieron de acuerdo en avisarle al director sobre el horario de iniciación de la labor escolar y en forma individual que faltarían a clase. Así, lo hicieron. El director una vez informado estaba desesperado en la galería central con todo el alumnado en formación sin saber qué hacer. Este fue el momento en que irrumpieron presentándose todos juntos cantando y disfrazados como maestros de antes, con guardapolvos blancos, polleras largas y detalles de aquella época. Resultó todo tan gracioso y divertido que los niños y el director aplaudían y reían sin parar. | ||
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