Un tribunal de Taiwan condenó hoy a cadena perpetua al ex presidente Chen Shui-bian, tras declararlo culpable de varios cargos de corrupción. Chen, de 58 años, también fue condenado a pagar una multa de 200 millones de dólares taiwaneses (6,09 millones de dólares estadounidenses) y fue despojado de por vida de sus derechos civiles, informó el juez Tsai Shou-hsin durante la lectura de la sentencia.
El tribunal también condenó a la esposa de Chen, Wu Shu-chen, postrada en una silla de ruedas, a una multa de 300 millones de dólares taiwaneses. El hijo del ex presidente, Chen Chih-chung, fue sentenciado a 30 meses de prisión por haber ayudado a la pareja a lavar dinero en el extranjero.
Su nuera, Huang Jui-ching, fue condenada por el mismo delito a 20 meses de cárcel, pero quedó puesta en libertad condicional por cinco años. El tribunal también solicitó a la fiscalía que investigue la eventual implicación en el delito de malversación de la hija de Chen, Chen Hsin-yu, y su yerno, Chao Chien-ming.
El ex presidente (2000-2008) se encuentra recluido desde el 30 de diciembre del año pasado en el Centro de Detención de Taipei. Chen y su esposa fueron acusados de malversación de fondos del Estado por 2,97 millones de dólares, de haber aceptado sobornos por 14 millones de dólares, lavado de dinero, tráfico de influencia, extorsión y falsificación de documentos durante sus ocho años de mandato.
Decenas de seguidores de Chen protestaron frente a la sede del tribunal contra las condenas, al considerar que el ex presidente y su familia son inocentes y que las sentencias estaban políticamente motivadas.
Chen ha rechazado los cargos, denunciando que su detención y el juicio forman parte de una persecución política por parte del gobierno del presidente Ma Ying-jeou, del Partido Nacionalista Chino, que busca mejorar las relaciones taiwanesas con China.
DPA