En un nuevo intento por frenar la ofensiva agropecuario o, al menos, intentar dividir a la Mesa de Enlace, el Gobierno dispuso eliminar las retenciones a las exportaciones de trigo y maíz que pagan pequeños y medianos productores. La medida, un viejo anhelo de la Federación Agraria, funcionará en rigor a través de un sistema de reembolsos, por el cual los ruralistas pagarán en puerto las retenciones y luego les serán devueltas "sin intermediarios", anunció la presidenta Cristina Kirchner.
En el acto transmitido por cadena nacional, al que la Mesa de Enlace se negó a "ir a aplaudir", Cristina anunció la apertura permanente del registro para ventas al exterior de trigo y maíz. Es una medida acordada con exportadores y molineros. Los productores más pequeños serán beneficiados, además, con la devolución de los aranceles a la exportación.
La iniciativa kirchnerista no contempla a la soja. Es precisamente esa oleaginosa el centro de la batalla política y económica que sacude a la administración de Cristina casi desde sus comienzos.
La Presidente dejó en claro su diferenciación entre productores y dirigencia. Lo hizo cuando advirtió que la devolución de las retenciones será "sin intermediarios". "No queremos más intermediarios", advirtió con insistencia. "Buscamos que les llegue de forma directa al hombre que trabaja y que produce".
En su discurso, la jefa de Estado hizo hincapié en que "la llamada retención es un instrumento de política interna para resguardar del precio internacional, que se fija en Chicago y es en dólares. Una eliminación de esos derechos impactará en el productor, pero también en el valor de los alimentos de la mesa de los argentinos y en toda la cadena agroalimentaria", enfatizó.
"Si suprimimos la retención a cero, ese 23% de trigo (y ese 20% del maíz) entraria no sólo para el productor, sino también para el consumidor, que debería pagar más caros todos los derivados de esos productos", graficó Cristina.
La defensa de las retenciones fue la forma a la que apeló Cristina para ratificar que el sector, y sobre todo los grandes productores, deberán seguir pagando derechos por exportación de granos y otros productos básicos. De hecho, señaló que esos aranceles "son un instrumento de política económica y no tienen un fin únicamente recaudatorio".
El presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, se mostró cauteloso ante el anuncio y tras el discurso de la mandataria dijo: "Me guardo el beneficio de la duda, son cuatro años de frustraciones".
"Las políticas hasta acá no tuvieron que ver con los pequeños productores", declaró el dirigente ruralista que no quiso asistir a escuchar los anuncios junto a sus pares de la Mesa de Enlace.
Por su parte, Llambías, dijo que "desconocemos el alcance de los acuerdos, que además, no son nuevos, pues se anunciaron hace casi 40 días, pero nunca se implementaron. Falta seriedad".