La presidenta Cristina Fernández recorrió el miércoles la localidad de San Pedro, en la norteña provincia de Misiones, comprobando las pérdidas ocasionadas por el violento e imprevisto tornado que provocó la muerte de 10 personas, ocho de ellos niños.
Igual número de fallecidos se reportaron en Brasil a causa de un temporal de lluvia derivado del mismo fenómeno climático. Casas destruidas y árboles arrancados de cuajo yacían sobre la tierra rojiza característica de San Pedro, a unos 1.380 kilómetros al noreste de Buenos Aires.
Hacia allí llegó la presidenta Fernández, quien puso a disposición del gobernador Maurice Closs "toda la ayuda necesaria" para asistir a las familias que perdieron sus viviendas durante el temporal.
"Además, dispuso que las mercaderías que se encuentran decomisadas en las aduanas de Misiones sean destinadas al auxilio de los pobladores afectados por el tornado", informó la casa de gobierno en su página de Internet.
Raúl Brauvano, jefe de escuadrón de la Gendarmería Nacional (policía militar de fronteras) que dirige un operativo con 70 efectivos en la zona del desastre, aseguró que "ya no quedan personas desaparecidas", pero que los evacuados ascienden a 200.
"Fue algo sorprendente, principalmente porque las víctimas son niños y ancianos, además del devastador efecto visual", dijo Brauvano a periodistas.
El ministro de Salud, Juan Manzur, confirmó que fueron 10 los fallecidos, entre ellos "ocho son criaturas" por el temporal y 17 los heridos, de los cuales dos se encuentran en estado crítico.
En diálogo con Radio 10 desde la ciudad de Eldorado, a unos 100 kilómetros de San Pedro, Manzur indicó que el tornado afectó una zona rural "de aproximadamente 1.000 a 1.500 metros por siete u ocho kilómetros y a su paso arrasó con todo, no sólo con las viviendas precarias sino también con animales de gran porte y también con la población".
AP.-