El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó hoy que su país ha dejado atrás la fase "más aguda" de la grave crisis económica que atraviesa, pero advirtió al mismo tiempo que la salida de la recesión es "incierta" y que algunos de sus efectos más negativos perdurarán en el tiempo.

En una comparecencia extraordinaria ante el pleno del Congreso de los Diputados sobre las medidas de su gobierno para tratar de atajar la crisis, Zapatero detalló que la "moderada" subida de impuestos planteada por el Ejecutivo para aliviar las golpeadas arcas públicas no superará el 1,5 por ciento del producto interior bruto (PIB). Asimismo, reiteró que ese incremento fiscal no afectará a los salarios de los trabajadores.

El discurso de Zapatero fue duramente criticado por la oposición, que le acusó de distorsionar la realidad. "Usted está instalado en una especie de Arcadia feliz vislumbrando ya un mundo maravilloso", le espetó al presidente del gobierno el líder del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy. "No hay subida de impuestos capaz de tapar el agujero que usted ha creado", añadió.

Si bien Zapatero no dio mayores detalles sobre las medidas fiscales, la oposición calcula que la subida supondrá una carga fiscal adicional para los contribuyentes de 15.000 millones de euros (unos 21.000 millones de dólares) y por ello la rechaza.

Zapatero enfatizó, en relación con los 4,1 millones de desempleados que cuenta el país, que la situación sólo volverá a la normalidad cuando la recuperación se asiente y se vuelvan a crear puestos de trabajo de forma estable.

Hasta que eso suceda, el desempleo y la pérdida de tejido empresarial perdurarán, reconoció. Si bien el líder socialista reiteró que lo peor de la recesión ha pasado, también hizo hincapié en que ello "no significa, en absoluto, que la recuperación ya esté aquí o vaya a culminar con rapidez". "Vamos a tardar un tiempo considerable incluso en un escenario de recuperación mejor de lo esperado", admitió.

Por ello, Zapatero insistió en que se deben mantener la protección social comprometida por su gobierno y las medidas decididas por la Unión Europea y el G20 para continuar con los planes de estímulo económico y con las reformas del sistema financiero.

Al mismo tiempo, defendió la subida "moderada" de impuestos planteada por su gobierno, cuyo objetivo es precisamente, en sus palabras, garantizar esa protección social, así como la inversión en infraestructuras.

El presidente del gobierno enfatizó, no obstante, que la presión fiscal en España seguirá estando "apreciablemente" por debajo de la media europea. Según Rajoy, el aumento fiscal previsto por el gobierno de Zapatero no alcanzará siquiera para cubrir el déficit público, que ahora se sitúa cerca de los 50.000 millones de euros (70.000 millones de dólares).

Además, afirmó que esa subida abundará en la pérdida de confianza y en el aumento del desempleo. Por su parte, el portavoz parlamentario de los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió (CiU), Josep Antoni Duran i Lleida, manifestó que a Zapatero la situación económica se le ha ido de las manos y calificó con un "suspenso" su actuación para acabar con la crisis. "El gobierno no ejerce liderazgo, algo necesario para combatir la crisis. También es indispensable tomar medidas concretas, pero tampoco lo hace", criticó.

DPA