BUENOS AIRES (Télam).- El narrador peruano Oswaldo Reynoso (Arequipa, 1931) presentará en Buenos Aires su novela "En octubre no hay milagros", que en los años 60 fue calificada por los críticos como obscena e inmoral, escandalizando el ambiente literario de su país por su lenguaje descarnado.
A propósito de su edición por el sello argentino El Andariego, el autor dialogará sobre la novela junto al escritor Washington Cucurto mañana a las 19, en el Centro Cultural de España. "En octubre no hay milagros" será presentada también el viernes próximo a las 18, en una charla abierta que el escritor mantendrá con el público en la Facultad de Filosofía y Letras.
Con su primer libro "Los inocentes" (1961) el escritor creó "un estilo literario nuevo: la jerga popular y la alta poesía reforzándose, iluminándose", según sintetizó José María Arguedas al referirse al texto que priorizaba una descripción realista de la vida de los sectores urbanos más pobres.
Reynoso es considerado uno de los narradores más importantes de su país, luego de atravesar aquel período de críticas que continuarían con la creación del Grupo Narración, cuando con otros escritores como Miguel Gutiérrez y Antonio Gálvez Ronceros, adhirió al socialismo y a la lucha armada.
Entre la ficción y realidad, la novela "En octubre no hay milagros" apela a la imagen del Señor de los Milagros, rescatada de las ruinas de un terremoto del siglo XVIII y que sigue convocando a miles de fieles hasta nuestros días. En ese escenario, ubicado en la beligerante década del 60, se esconde el accionar represivo y la muerte a la vuelta de cualquier esquina en una trama que sacude y que se desarrolla en un día.
Entrevistado por Télam Reynoso contó que en un relato "el personaje debe definirse por su manera de hablar" y desde ese enfoque se esfuerza siempre por presentarlo "a través de sus jergas, modismos y entonación peculiares". Así como en la primera etapa de su producción literaria e centró en captar la crisis de los jóvenes de su generación en los relatos de estos días trata "de unir estas preocupaciones con las de la vejez", concluyó.
