No sólo las últimas aulas de las escuelas abrieron el ciclo lectivo en Estados Unidos. También el Congreso y el propio presidente, Barack Obama, afrontan una "vuelta al cole" que se vaticina bien dura, con muchas asignaturas pendientes cuya recuperación antes de fin de año no está asegurada en vista de la fuerte división partidaria que reina.
La materia más complicada: la reforma del sistema de salud, la "estrella" de campaña de un Obama que ha visto cómo su fulgor se iba apagando ante una feroz oposición no sólo desde el Partido Republicano sino incluso dentro de sus propias filas demócratas, donde el sector más progresista amenaza con no votar a favor del plan si no incluye una "opción pública", mientras que el conservador mantiene la postura exactamente opuesta. En lo que muchos analistas consideran un intento de volver a tomar las riendas, Obama hablará hoy ante las dos cámaras del Congreso, una inusual iniciativa ya que el presidente no suele dirigirse ante legisladores y senadores a la par salvo en el tradicional discurso sobre el Estado de la Nación a comienzos de año.
Según la última encuesta de Gallup, los estadounidenses siguen muy divididos sobre la reforma del sistema de salud: ante la pregunta de si "aconsejaría a su congresista votar a favor o en contra de la reforma", el 39% respondió que le pediría que no la sancionara, frente a un 37% favorable al cambio.
Otras asignaturas pendientes: la legislación sobre cambio climático -afectada por la renuncia este fin de semana del asesor presidencial para empleos verdes de Estados Unidos, Van Jones- y la reforma de inmigración, otro tema candente para una buena parte de la comunidad norteamericana que ya ha tenido que ver cómo Obama admitía en las pasadas semanas que no sería factible avanzar hasta el año próximo.
SILVIA AYUSO
DPA