Es increíble cómo, a medida que suceden cosas y que voy creciendo, voy descubriendo el significado real de cada sentimiento. Hoy creo que me di cuenta de que hay algo peor que sentirse triste. Cuando uno está triste, siente un vacío en la panza o un nudo en la garganta, o tenemos palabras en la punta de la lengua que queremos decir y no nos salen porque estamos tristes. Hay muchas razones.

A mis 16 años muchos motivos para estar triste no tengo. Tengo mi familia, mis amigos, las personas que amo siempre a mi lado. Muchas veces estoy triste porque me peleo con mamá, mis hermanas, con alguna amiga, por algún chico. Tonterías, estupideces al fin y al cabo. Tonterías porque con mamá me arreglo a los cinco minutos y con mis hermanas, realmente, no me puedo pelear. Tonterías porque mis amigas verdaderas están siempre más allá de las peleas y porque, sea cual fuere el chico, hay cosas más importantes.

Pero hay cosas que no se arreglan de un segundo para el otro, que suceden rápido y su consecuencia dura por siempre, que una vez que sucedieron no tienen arreglo, que no son como una pelea cualquiera. Es una pelea que perdura y no se termina, una en la que yo no puedo hacer nada, una batalla en la que no tengo valor ni como soldado.

Por esto es que me siento impotente. No puedo hacer nada, sólo estar en desacuerdo con todas las personas que dejaron este crimen impune, que no se dieron cuenta del daño que hacían y el peligro que ellos mismos corren. No me queda más que sentir impotencia y pedirte a vos, tío, que le mandes saludos a Jesús en el cielo, donde sé que estás. Te extraño.

A mi tío Jani Rizzo de tu sobrina

Sofía Rizzo, DNI 37.763.427 - Bariloche