Tras verse envuelto en varios escándalos sexuales, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi dijo el lunes que aún es popular y que todos los italianos desean secretamente ser como él. Berlusconi negó cualquier conflicto con la iglesia católica y denunció lo que describió como una "campaña subversiva'' para derrocarlo, pese a ser un líder elegido democráticamente.
El premier realizó los comentarios un día después de que la mujer que inició el escándalo -Noemi Letizia, de 18 años- rompiera su silencio. Durante una entrevista televisada, Letizia describió su relación con el hombre al que llama "papá'' y sus sueños de llegar a Hollywood. El multimillonario de 72 años y la joven modelo de un suburbio de Nápoles han sido el foco de conjeturas desde que Berlusconi acudió a la fiesta de cumpleaños de Letizia en abril. La esposa del primer ministro fue quien habló de su presencia en la fiesta poco antes de solicitar el divorcio.
Berlusconi ha dicho que Letizia es la hija de un viejo amigo y ha negado haber mantenido una relación sexual con ella. Letizia dijo que lo llama "papá'' porque lo conoce desde que es una niña pequeña. En los últimos meses, se han reportado nuevos encuentros entre el mandatario con mujeres jóvenes, incluida una prostituta que asegura haber pasado la noche con él.
Berlusconi ha negado haber pagado nunca por sexo, pero admitió este verano que no es ningún "santo''. "A la mayoría de italianos, en sus corazones, les gustaría ser como yo y se ven reflejados en mí y en como me comporto'', dijo Berlusconi el lunes durante una entrevista telefónica con un canal televisivo del que es dueño. "También saben que Silvio Berlusconi no roba y no usa su poder para su propio beneficio'', añadió.
La coalición gobernante del mandatario parece sólida a pesar del escándalo, aunque su popularidad entre católicos practicantes ha bajado un poco, según un sondeo reciente. La oposición de centro-izquierda, ocupada actualmente en la elección de un nuevo líder, no ha logrado beneficiarse del escándalo.
A pesar de su influencia en los medios de comunicación italianos, Berlusconi dijo que la prensa dominada por la izquierda ha organizado una campaña para derrocar a su gobierno. Es una campaña "en contra de la voluntad de la gente, así que es una campaña subversiva'', dijo. Algunas publicaciones católicas han criticado a Berlusconi por el escándalo.
AP