Luego de haber trabajado junto a ellos durante un largo tiempo, ¿qué es el matrimonio Kirchner desde la percepción que tienen de la política y del ejercicio del poder? El matrimonio es una casualidad de la historia.
Bueno, la historia también se mueve desde ese punto. ¿Qué alcance le da aquí a "casualidad"?, porque usted sabe que en relación con la historia, es una categoría a la que se apela con pinzas.
Casualidad en relación con que no tienen historia en lo que hace al magma del peronismo: no tienen historia de rebeldía en tiempos duros para la libertad -la dictadura, por caso-, ni de dignidad en la defensa de los bienes nacionales... Porque vender YPF y decir que "Clarín" es el enemigo, es la consumación de un pensamiento decadente...
Bueno, pero en todo caso eso hace a cómo se despliega el pensamiento en la lucha política. Pero aquí me interesa la cuestión del poder, que desde su práctica y desde el fondo de nuestra historia siempre oscila entre lo omnímodo y lo flexible. ¿Usted detecta en el matrimonio algún núcleo duro, un dictado desde el cual ejerce el poder?
El resentimiento. Del tiempo que yo frecuenté a Néstor, o sea al comienzo de su gestión hasta tiempo después, en las conversaciones directas con él coseché experiencias interesantes que me llevaron, reveladoras por parte de él, a un mundo de ideas muy acotado y siempre enmarcado por el resentimiento.
¿Acotado en el campo de las percepciones, del imaginario?
Le doy un ejemplo. Conversábamos y vía el manejo de reflexiones sobre este o aquel tema, sucedía que yo le demostraba su equívoco en este o aquel tema. ¿Cuál era la reacción de él ante esa demostración?... Estigmatizarme... "¡Vos sos de la Capital!", me decía... Reducía a esa condición de... no sé...
Genética urbana...
Algo así. A eso reducía Kirchner un argumento fundado en racionalidad, que expresado con lealtad, sinceridad, lo descolocaba... ¿Que, los que viven en la Patagonia piensan mejor porque? no sé? porque ahí hace más frío? Para él, el ejercicio de la política es el ejercicio del resentimiento.
Hay crisis que son movilizadoras del pensamiento, y las hay también las que son inmovilizadoras de ese espacio. ¿Usted detecta algo puntual en el sistema de pensamiento de Kirchner que eventualmente le condiciona asumir experiencia en ese campo?
Desde el plano en que lo estamos abordando acá, creo que Kirchner tiene como virtud el valor que le da al poder, esto con independencia de cómo lo construye. Pero tiene una incapacidad muy grave: no soporta a alguien que piense apelando al instrumental del pensamiento, la reflexión crítica, el tránsito entre la duda y la certidumbre, el manejo de ideas contrarias. Desde esa perspectiva, y a poco andar el gobierno de Kirchner, me fui sintiendo sapo de otro pozo...
En algunas oportunidades le pregunté: "¿No podés meterles más ideas a tus discursos?" Al principio aguantó, luego no. Por eso su ideal de colaborador es Rudy Ulloa... o Pampuro, que es la nada para Duhalde y es la nada para Kirchner. Y es la nada porque su oficio es ser la nada.
¿Es cierto que usted trató de acercarle gente de las ciencias sociales, de la creación intelectual en general y que fracasó?
Las dos cosas son ciertas. Fue cuando en el marco de sus primeros tiempos de gestión, yo tenía algún poder. Al mes de asumir la presidencia, le llevé a almorzar con él a Beatriz Sarlo y Tulio Halperín Donghi... ¡Los Alberto Fernández y otros pusieron el grito en el cielo!... ¡Se disgustaron!
¿Por qué? Alberto Fernández hoy saca chapa de haber sufrido mucho el espíritu de capilla que signa al kirchnerismo...
Pero en aquel entonces formaba parte sustancial de ese cerrado... Recuerdo incluso que por aquel tiempo le ofrecí a Néstor un encuentro con Fontanarrosa, Caloi y Dolina. Gente creativa, observadores agudos de la realidad... gente para escuchar. Me dijo que no. En otra oportunidad, la Embajada de España me propuso un encuentro de Kirchner con Fernando Savater, quien estaba por llegar al país. También me dijo que no...
También le ofrecí armar un encuentro alternativo con Bergoglio, Mariano Grondona y con Mauricio Macri. Me sacó corriendo, mientras yo le explicaba que Perón hablaba con todos en función de la unidad nacional, pero él me sacaba corriendo. Y los que estaban alrededor de él me decían: "¡Pero ésos son enemigos!"... Y yo los miraba y les respondía: "¡Pero qué me venís a hablar vos de Grondona, Bergoglio y Macri como enemigos si estuviste con Cavallo?... Mire, ¿sabe lo que pasa con el intelecto de Kirchner?...
¿Qué pasa?
Que a él, lo que no es ambición lo aburre. Para él, el poder no es un instrumento para ejercer en función de la trascendencia del conjunto? Al ver al poder como un instrumento acotado nada más que a la ambición de poder, Kirchner niega contenidos que son consustanciales a la política desde el principio de los tiempos...
¿La política como expresión de su principal capital: mente libre, abierta?, como escribió Frondizi.
Eso implica concebirla como un contenido donde hay arte, creación y voluntad generosa de trascendencia. Si la política no es eso, no hay política. La idea que Kirchner tiene de la política es la de política como picardía... Para él la política es un viaje a pura picardía por la cornisa del acantilado. Sólo disfruta la política como suma permanente de osadías sin límites.
En los de picardía, nada nuevo en la historia argentina... Perón, Alfonsín...
Sí pero Perón había leído desde Plutarco a escribir en 1928 "Toponimia de la Patagonia"? Perón tenía una mirada de conjunto, lo cual implica asumir grises, matices, que es lo que no soporta Kirchner. No encuentra ninguna riqueza en esas gamas. En esa ausencia se delatan otras cosas...
¿Patologías?
Mire, el ejercicio del poder suele delatar perfiles muy profundos que suelen tener quienes lo ejercen. Uno le da poder a un tipo y delata todo lo que tiene adentro. Y la delación que hizo de Kirchner es la de la pobreza de su pensamiento...
¿Habla hoy con Kirchner?
¡No!... El no puede tener contacto con alguien que no piense que él es un genio. Es más, me encuentro con amigos de toda la vida, compañeros de militancia que vienen del fondo de la historia y que hoy trabajan con Kirchner... nos abrazamos, hay emociones compartidas, pero inmediatamente me dicen: "No quiero debatir con vos" ...Mire, en todo esto hay algo muy profundo: con su mediocridad, con su miedo a confrontar ideas, a argumentar posiciones sin gritar, sin buscar enemigos aquí y allá, Kirchner fractura lo que queda de toda una generación que, con más y sus menos, le puso entrega a este país. Divide, estigmatiza, separa... ése es su método de hacer política.
¿Qué hará el peronismo cuando el matrimonio K ya no esté en el poder?
El peronismo ya no existe... como tampoco existe el radicalismo. Lo que pasa es que nos resistimos a asumirlo... Sólo queda historia, nostalgias...
RECUADRO: "Uno de los últimos..."
Recuerdo una concentración de la que participé durante la dictadura para que usted apareciera con vida, creo que fue...
- Septiembre del ´81, cuando me secuestraron junto a Gallegos, profesor de Filosofía.
Uno de los últimos secuestros, porque en el 81 la represión era muy selectiva. Y se estaba derritiendo el poder de Roberto Viola, que había sucedido al general Videla...
-¿De dónde vino el secuestro?
Desde lo operativo fue la banda de Gordon... Patota en su tiempo de Suárez Masson, ¿no?
-Sí... Nos levantaron en pleno centro. Nos tuvieron algo más de 50 horas en la provincia de Buenos Aires.
¿La pasaron mal?
- Y... algo, algo bastante. Nos preguntaban de todo... de qué pensábamos del Papa, del gobierno de Carter... Por momentos preguntaban, en otros buscaban conversar..
¿Creyó que los cepillaban?
- Y, imposible no creerlo.
Julio Bárbaro nació en Buenos Aires hace 67 años. Es licenciado en Ciencias Políticas. Tiene una militancia tan dilatada y reconocida en el peronismo que huelga hablar de ella.
CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com