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"Ullpu" y "Konkachilla" y el arte de aprender a volar | ||
Dudando, efectuando leves planeos para acostumbrarse al contacto del viento que por primera vez sintieron palpitar en la plenitud de sus alas desplegadas, los cóndores "Ullpu" y "Konkachilla" realizaron pequeños vuelos que los mantuvieron cerca de su plataforma de liberación, que abandonarían luego al sentir renacer la confianza suficiente en ese medio que les pertenece por naturaleza. Es que las dos hembras recuperadas en el marco del proyecto "El Retorno del Cóndor al Mar", organizado por el Zoológico de Buenos Aires y la Fundación Bioandina Argentina, tuvieron que atravesar algunos obstáculos antes de formar parte de la octava liberación que el viernes pasado realizaron los profesionales que forman parte de la iniciativa. "Ullpu", de un año y medio, fue recuperada en junio de 2008 luego de que las autoridades de la dirección de fauna de su Jujuy natal dieran aviso a los integrantes del zoo acerca del hallazgo de un cóndor juvenil con dificultades para movilizarse. Enseguida, la hembrita fue trasladada a esa institución donde se efectuó su rehabilitación, ya que afortunadamente el ave sólo poseía problemas relacionados con su bajo peso. El caso de "Konkachilla" fue diferente, ya que este ejemplar de un año es hija de una pareja de cóndores que son utilizados como reproductores por los profesionales del proyecto y nació de un huevo que fue incubado artificialmente en el zoológico de La Plata. Luego de ser alimentada a través de títeres que representaban a sus padres y permanecer más tarde en un recinto con adultos de la especie para adquirir comportamientos afines, "Konkachilla" estuvo lista para ser liberada junto a la hembra jujeña. Las aves (identificadas con la banda ´lar´ 30 en el caso de ´Ullpu´ y con la 31 en el de la proveniente de La Plata) permanecieron durante los meses previos a su liberación en la ´plataforma´ de Sierra Pailemán, un recinto compuesto por una estructura de madera protegido por media sombra en el que se las mantuvo para habituarlas a las condiciones naturales del lugar. Antes de liberarlas, los alumnos de la escuela hogar 69 del paraje protagonizaron el viernes la habitual ceremonia que consiste en arrojar plumas de cóndor desde la cima de la sierra, un simbólico ritual tendiente a multiplicar como antaño el vuelo de estas aves por la zona. (ASA) | ||
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