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Poca práctica de tiro en la policía de Neuquén | ||
La declaración de un agente revela la gravedad de la situación: "Si no estás bien entrenado, puede que llegado el caso quieras dispararle a la pierna y le termines volando la cabeza". | ||
NEUQUÉN (AN).- Por falta de apoyo económico de la fuerza, la mayoría de los policías no realizan prácticas de tiro. Hay casos de comisarios que llevan seis años sin disparar y los efectivos más jóvenes tratan de concretar una práctica por año, para la cual deben acudir al polígono con sus propias municiones. El dato surgió de distintas entrevistas que mantuvo "Río Negro" con efectivos de la policía de Neuquén, quienes confiaron bajo reserva, por temor a sanciones, que la mayoría de los uniformados no cuenta con práctica suficiente para accionar con eficiencia la 9 milímetro que porta. El jefe de Policía Juan Carlos Lepén le restó dramatismo a la situación, afirmó que se pueda practicar sin municiones y comparó el manejo del arma con el de una bicicleta: "una vez que aprendés, nunca se te olvida". (ver recuadro). La crisis económica en la que está inmerso el gobierno provincial adelgaza el presupuesto policial a tal punto que, desde hace tiempo, los efectivos que quieren mejorar su puntería deben acudir al polígono de tiro con sus propias balas en el bolsillo. Esta situación ha llevado a que ningún jefe obligue a sus subordinados a cumplir con un régimen de prácticas, llegando muchos de ellos a pasar años sin accionar el gatillo de la pistola y a que el olor a pólvora quemada sea un lejano recuerdo. "Es verdad; casi nadie va a tirar porque se tienen que pagar las municiones y cuando en el polígono tienen balas, te dan como mucho 10, con lo que no se alcanza a calentar el dedo", dijo un oficial de alto rango de la policía. Una buena práctica de tiro requiere, como mínimo, que el uniformado ejecute unos 50 disparos entre blancos fijos y móviles. Esa cantidad de municiones necesarias tiene un precio de mercado de casi 100 pesos, lo que lleva a muchos policías a desistir a la hora de querer acudir a una práctica. "Lo importante de ir a tirar es que uno conoce su arma, cómo acciona y reacciona. Al practicar con frecuencia identificás la sensibilidad del gatillo y del brazo a la hora de disparar", detalló otro jefe policial de larga trayectoria. "Cuando nosotros tiramos a un sujeto es para reducirlo y no para matarlo. Si no estás bien entrenado con el manejo de tu arma y hace mucho que no disparás, como nos pasa a la mayoría, puede que llegado el caso quieras dispararle a la pierna y le termines volando la cabeza o directamente no le aciertes", manifestó un agente. Observando estas falencias, los responsables de las distintas unidades especiales y comisarías cada vez que surge un curso que incluye prácticas envían a la mayor cantidad de subalternos que tienen, para que puedan mejorar en el manejo de armas. En concreto, el apoyo desde la fuerza al entrenamiento del personal se hace en la medida en que no se tenga que desembolsar fondos, ya que para la jefatura la práctica con municiones no es fundamental ni indispensable y puede ser "simulada" sin balas. | ||
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