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Brasil dejó nocaut a una Argentina en crisis | ||
El scratch fue práctico y efectivo. Está en Sudáfrica. Los locales tuvieron el balón, pero no las ideas. | ||
Es el golpe más duro que le podían asestar al seleccionado de Diego Maradona. Porque el mazazo fue de un Brasil (30) increíblemente práctico y efectivo, aguerrido para defender y determinante en el arco de enfrente. Un Brasil que con el 3-1 de Rosario se metió por la puerta grande en el Mundial de Sudáfrica y complicó el camino de Argentina (22). Nada más podía pedir Dunga. Peor cosa no podía esperar Maradona. Las únicas buenas noticias para el seleccionado nacional nada tuvieron que ver con el derby más trascendental del mundo, porque las victorias de Colombia y Perú terminaron siendo determinantes para la suerte del equipo de Maradona. (ver aparte) Nadie podrá decir que en el terreno de los merecimientos, el seleccionado argentino hizo menos que el brasileño en los primeros 45 minutos. Es más, los 15 iniciales ilusionaron porque lo mostraron como había pedido públicamente Maradona: con actitud, protagonista y con muchísima movilidad en la mitad de la cancha. Juan Sebastián Verón (uno de los rescatables) se movió en ese lapso como hace generalmente en Estudiantes: fue siempre alternativa, manejó los hilos y, por sobre todas las cosas, se notó en ofensiva. El Gigante de Arroyito vomitó su primer "uuuhhhh" a los 40 segundos: la Bruja tiró paredes con la mitad del equipo, abrió para Maxi Rodríguez que lanzó un venenoso centro al área que no terminó en gol porque Felipe Melo llegó antes que Tevez. La segunda fue a los 12, pero La Pulga Messi, demasiado individualista hasta ahí (ver página 51), disparó desviado. Brasil esperó, agazapado, firme en defensa, como distante en ofensiva. Pero Brasil es el único equipo del mundo que puede ganar un partido con holgura jugando mal. La primera llegada del scratch, a los 23, terminó en gol porque Otamendi perdió a Luisao en un tiro libre y el defensor no perdonó con la ´calva´ frente. Era cierto nomás que Brasil le saca Petróleo a cada pelota detenida. Y si no, vea que la segunda situación de riesgo generada por el equipo de Dunga acabó de la misma forma, en la red de Andújar, porque en otra pelota parada (disparo de Elano al arco) la redonda rebotó de un lado al otro, caprichosa, hasta que Luis Fabiano decidió que era hora de hacer su gol 15 en sus últimos 18 partidos. Justo ante Argentina. Igual, más adelante convertiría el número 16. Antes del descanso, el siempre seguro Julio César salvó su valla ante la arremetida de Maxi Rodríguez y en tiempo cumplido Dátolo tiró un buscapiés que recorrió todo el área para perderse en la nada. Sin encontrar algún botín que le de otro destino. Volvieron del descanso con Agüero por Maxi Rodríguez, pero Argentina con la misma impotencia y Brasil con las misma suficiencia. Se paró de contra el scratch y Kaká comenzó a desnivelar. Y las miles de almas del estadio a sufrir. La defensa de Dunga se mantuvo infranqueable, por eso Messi-Tevez-Agüero pasaron inadvertidos, por eso Dátolo (otro que trajinó) descerrajó un disparo de 25 metros que se clavó para el 2-1. Faltaban 26´, Gigante de Arroyito abandonaba al silencio, Maradona volvía a dar indicaciones, Verón corría y metía... Pero dos minutos después Kaká se iluminó, Luis Fabiano definió con clave y la amargura volvió a ser total. Infinita. | ||
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