BUENOS AIRES (ABA) . - La designación del presidente Barack Obama, convalidada por el Senado estadounidense, de Sonia Sotomayor para integrar la Suprema Corte norteamericana, arrojó una señal sobre los vientos de cambio que podrían producirse en el país del Norte.
No solo por la condición latina de Sotomayor sino porque podría ser una señal de que en la "era Obama" se puedan revertir normas y fallos que durante los dos mandatos de George Bush -especialmente tras los atentados terroristas de hace ocho años- restringieron las garantías de los habitantes del suelo norteamericano.
Ella fue la primera inquietud que le trasladó este cronista a la jueza de la tradicional Suprema Corte, Ruth Bader Ginsburg, quien concluyó una visita a nuestro país.
"Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 un gran temor invadió mi país, -comenzó diciendo Ginsburg-, hubo un momento de tensión entre la seguridad y la libertad, pero la herencia de la libertad es lo más sagrado que tenemos y defendemos con todo nuestro corazón. No nos podíamos ver como ellos (los terroristas) y se empezaron a poner límites desde la justicia como establecer el criterio de que las cárceles de Guantánamo están en territorio de los Estados Unidos y por lo tanto sujeto a sus leyes".
La magistrada es una de los nueve integrantes del tradicional tribunal con sede en Washington ubicada a la izquerda del Capitolio, designada para tal cargo por el ex presidente Bill Clinton, fue la segunda integrante de sexo femenino después de Sandra O`Connor ya jubilada.
En sus reflexiones de ayer Ginsburg expresó su admiración por Obama. "El martes próximo se desarrollará una ceremonia en la Suprema Corte donde estará presente el presidente Obama. Recuerdo cuando hace unos años pedí conocer a dos personas: un senador por Illinois (que se llamaba Obama) y a una senadora por Nueva York, Hillary Clinton", dijo emocionada la expositora de 76 años, que sobrelleva un cáncer de páncreas.
- La asunción en la Corte de Sonia Sotomayor ¿significa una reivindicación de la minoría latina?, la consultó "Río Negro".
- "Estados Unidos es un país de inmigrantes, creo que una de las mayores fuerzas que tenemos es una gran diversidad de razas, religiones, origenes; a pesar de las diferencias "somos uno solo", y están consagrados en nuestra constitución los derechos y garantìas fundamentales". Además -agregó Ginsburg- "Sotomayor no fue elegida solo por latina sino por su capacidad", aunque añadió como detalle que "se trata de la primera magistrada de la Corte que habla dos idiomas y tiene como primera lengua el español".
La tendencia liberal tanto de Ginsburg como de Sotomayor alientan la expectativa de que en la esfera judicial se refleje el giro respecto a tendencias conservadoras expresadas en cuestiones como inmigración, derechos de las minorías y libertades públicas.
Antes de dialogar con la prensa Ginsburg cerró junto a su par de la Corte Suprema argentina, Ricardo Lorenzetti, la Conferencia de las Cortes Supremas de las Américas que reunió a integrantes de los tribunales superiores del continente.
Ginsburg subrayó que muchas veces los jueces deben pronunciarse en contra de lo que es popular y recordó cuando su predecesor Warren dictaba fallos recibiendo manifestaciones en su contra. Sin embargo, decía: "Dejen que la gente se exprese, yo mantengo mi independencia". Aunque agregó que independencia no es falta de responsabilidad. "Los jueces tienen que fundar sus decisiones, no como ocurre a veces con los legisladores".
Ginsburg ponderó a la jueza de la Corte Argentina, Carmen Argibay sobre quien recordó fue criticada por un sector de la sociedad cuando fue designada por el ex presidente, Néstor Kirchner. "Ella fue valiente, habló del aborto, de izquierda y de derecha. Ella manifestó lo que pensaba lo cual no significa dejar de aplicar la ley y fue reconocida por su trayectoriainternacional".
"Los tribunales independientes son la marca de la democracia", concluyó la jueza del país más influyente del planeta.
CLAUDIO RABINOVITCH