Sr. Miguel Saiz:

Tengo 27 años y soy residente de San Antonio Oeste. Desde muy joven he tratado de realizar mi vida luchando día a día sin bajar los brazos pese a todo lo sufrido.

En el 2004, a los 22 años, se me declaró cáncer, por el cual fui intervenido quirúrgicamente en la ciudad de Viedma. Aun así, le hice frente y seguí luchando. Aunque muchas veces bajé los brazos y perdí las esperanzas cuando vi cómo mi gobierno y provincia me cerraban las puertas en la cara.

Ya pasaron cinco años desde que empecé mi tratamiento, he tratado de hacer todo al pie de la letra, pero igual me han quedado secuelas y, lo peor de todo, dolores que persisten, incluso después de la operación, en la pierna izquierda y en los riñones. Por todo esto me ha sido imposible trabajar por mis propias fuerzas.

En estos cinco años me he cansado de pedirles a mi provincia y gobierno una ayuda o, mejor dicho, lo que me corresponde por ley, una pensión por discapacidad, teniendo el 80%.

Ahora mi pregunta es: ¿qué debo hacer, Sr. gobernador?, ¿seguir viajando de provincia en provincia buscando alguna solución?, ¿o callarme la boca como muchos hacen, al no ser escuchados por aquellos que nosotros elegimos?

Tal vez para usted esto no le sea de importancia, ya que gracias al pueblo que lo eligió hoy tiene todo lo esencial para vivir. En cambio yo, tan solo ando de ciudad en ciudad buscando una solución a mi problema, pero ya me cansé de callarme y agachar mi cabeza al rechazo de mis derechos. Hoy no quiero ser un joven más que por no ser escuchado tenga que seguir el camino de los marginados por el gobierno o entidades representantes, que para muchos jóvenes es la única y obligatoria salida, o sea, elegir el camino del robo, las drogas o el alcohol.

PD: hoy les agradezco a la provincia del Neuquén y a la psicóloga Fernanda Lungo, quien me consiguió hospedaje en la fundación Apanc (casa para niños con cáncer), que me dieran un lugar y fuerzas para seguir luchando para no caer ante tal injusticia...

Javier Mansilla

San Antonio Oeste