Viernes 04 de Septiembre de 2009 > Sociedad
La historia de Marķa
María tiene 33 años, a los 28 descubrió que era adoptada y necesita buscar su origen. Nos cuenta su historia en un video, entrá y miralo.

Hay parejas que quieren "ser" padres.

Y hay otras que quieren "tener" hijos.

Las diferencias entre unos y otros no es semántica ni mera formalidad. Es tan profunda la brecha entre un sentido ético de la vida entre unos y otros que luego se ven los resultados especialmente en la cuestión de la adopción, una institución reparadora para aquellos niños que necesitan un papá y una mamá para sus vidas.

Las cartas de lectores de "Río Negro" es prueba de ella. Bien seguido aparecen reclamos angustiantes de jóvenes y adultos que hacen un llamado desesperados a todos aquellos que los puedan vincular con su origen después de haber vivido en un mundo de secretos y mentiras.

Ahora hay otro caso que llama a la reflexión tanto a aquellos padres que no reparan en los medios con tal de "tener" un hijo y satisfacer sus necesidades, no la de los chicos, como a la Justicia que sigue dando el visto bueno a aquellas adopciones viciadas de irregularidades.

Me refiero a la historia de María, que hoy tiene 33 años y que a los 28 años descubrió que es adoptada. Ella misma, en su blog www.lahistoriademaria.com lo cuenta.

"Si de algo estoy segura es que las historias se construyen. Y la construcción de la mía sólo la puedo armar con la ayuda de ustedes. Me falta saber varias cosas: cuándo y dónde nací, quiénes son mis papás, cómo eran y cómo pensaban. Necesito esos datos. Necesito saber de ellos para conocerme, para reconocerme, para verme completa".

Y sigue el testimonio. Lo podés ver en su blog. Es desgarrador. 

Es una evidencia más de cómo terminan las historias mal paridas.


 

Horacio Lara

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