NEUQUÉN (AN).- La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) marchó ayer nuevamente a la Casa de Gobierno. El gremio llevó su proclama de un aumento salarial, en medio de un paro de 24 horas, que tuvo una baja repercusión en todo el ámbito público.
Durante la protesta, el ministro de Gobierno, Trabajo, Justicia y Derechos Humanos, Jorge Tobares, recibió a un grupo de representantes del sindicato en el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (EPAS), que se ha transformado en el bastión más conflictivo en las últimas semanas en el arco sindical.
El ministro postergó una resolución del conflicto, que mantiene paralizada la sede administrativa en la capital. Y planteó una nueva reunión para el miércoles próximo.
Los operarios esperaban que se cumpliera el acta que ya habían suscripto con él y Nelson Damiani, presidente del EPAS, en la que se acordaba la incorporación de más personal.
Entre otros puntos, buscan discutir la incorporación de unos 30 trabajadores de forma urgente, para reemplazar a personal jubilado en las áreas operativas. Y más de 100 pases a planta en toda la provincia. También, una discusión salarial.
El sindicato también, como reclamo marco para toda la administración provincial, planteó una suba del 30%.
ATE tiene lanzadas dos nuevas medidas de fuerza para la semana próxima. Serán el miércoles y el jueves. Y forman parte de un cronograma de huelgas que viene profundizándose desde hace tres meses, pese a lo cual todavía no ha habido una respuesta al grueso de los planteos.
El sindicato además viene manifestando su preocupación por la deuda que mantienen los municipios y organismos públicos con el instituto de Seguridad Social del Neuquén, y que asciende a unos 200 millones de pesos.
Se trata de una situación que desencadenó un endeudamiento con las clínicas y colegios médicos de toda la provincia.
Y por eso algunas entidades ya se plantean la posibilidad de dejar sin servicio a los afiliados, entre ellos miles de empleados estatales.