WASHINGTON.- Estados Unidos profundizó el aislamiento del régimen de facto al suspender ayer 30 millones de dólares de ayuda a Honduras, coincidiendo con una entrevista en Washington del presidente derrocado Manuel Zelaya con la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
"El Departamento de Estado anuncia la supresión de una amplia gama de ayudas al gobierno de Honduras, una decisión derivada del golpe de Estado que tuvo lugar el 28 de junio", indicó el portavoz Ian Kelly en un comunicado. Posteriormente, otro portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, precisó que la ayuda eliminada asciende a 30 millones de dólares.
Endureciendo su postura, Estados Unidos indicó que "no estará en capacidad de respaldar los resultados de las elecciones previstas" para noviembre, en sintonía con la mayoría de los países latinoamericanos, que se han manifestado en igual sentido.
Clinton reconoció "la necesidad de medidas más fuertes" contra el régimen de facto para que acepte el Acuerdo de San José, un pacto que prevé entre otras cosas el retorno de Zelaya al poder, indicó Kelly.
Funcionarios estadounidenses que pidieron el anonimato señalaron a periodistas que la suspensión incluye dinero que hubiera permitido al gobierno de Honduras impulsar el comercio extranjero. Pero el Departamento de Estado no calificó oficialmente al golpe de Estado en Honduras como un golpe militar, lo que acarrea la toma de decisiones diplomáticas como la suspensión de toda ayuda, una decisión que los portavoces no explicaron.
Tras reunirse con Clinton en el Departamento de Estado, Zelaya, quien había pedido a Washington mano dura contra el régimen de facto, saludó "el recrudecimiento de las medidas". Ahora se consolida "un solo bloque de todos los países de América" que condenan el golpe, dijo.