Martes 01 de Septiembre de 2009 Edicion impresa pag. 37 > Deportes
RÍO SUELTO: Manda la barra

Que dos tipos enfundados en camisetas de Boca insulten y amenacen a Martín Palermo, en plena práctica del equipo en el predio del club, no puede explicarse, Pero todo cobra (sin)sentido cuando los agresores son en verdad dos barrabravas. Entonces, ya no sorprende. De terror, pero real.

No sorprende porque no es la primera vez que la barra que sigue a Boca se aparece por las instalaciones del club a las que sólo se tiene acceso si se es socio, se mueve con impunidad y hace y deshace a su gusto.

Y los insultos dedicados al máximo goleador encuentran explicación en los intereses que mueven a las barras, los económicos y también los políticos.

Dividida y enfrentada, La Doce se disputa los negocios y los contactos que le dan impunidad ante la Justicia a sangre y fuego desde hace más de un año. Y en esa disputa se llevan puesto todo, incluso a Palermo y su condición de héroe azul y amarillo.

Preguntarse cómo es posible que hinchas de Boca insulten a Palermo, si se trata de un ídolo, es hacerse la pregunta equivocada. Las barras hacen negocios y todo es moneda de cambio. ¿O acaso no aprietan a sus propios jugadores para que jueguen a perder?

El fútbol argentino ha hecho de poco a nada para terminar con las barras. Más bien todo lo contrario: con los megaoperativos policiales y las escoltad callejeras que despliega las protege como no lo hace con ningún otro hincha. Cada decisión que toma sobre ellas no hace más que darle más institucionalidad.

Mientras todo siga en manos de los mismos dirigentes de siempre, nada cambiará. La asociación de la AFA con el Estado nacional para la televisación es el más actual y descarnado de los ejemplos.

Peor le iría a esos dirigentes con las barras. Al fin y al cabo, investigarlas implicaría investigarse también a sí mismos.

JUAN MOCCIARO
jmocciaro@rionegro.com.ar

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