SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La retracción en el flujo de turistas ocasionada por la gripe A provocó pérdidas a la economía local por 127,8 millones de pesos, según lo determinó un reciente estudio privado que analizó las cifras de julio y las correspondientes a las tres primeras semanas de agosto.
Esa cifra remite sólo a los efectos directos sobre el nivel de facturación de la hotelería, la gastronomía y los sectores de comercios y de servicios. Pero de aplicar el coeficiente multiplicador de la actividad turística, que la Universidad Fasta estimó en el 6,5% por ciento, las pérdidas indirectas en el flujo económico global de Bariloche llegarían a los 830 millones de pesos.
El trabajo firmado por el especialista local Joaquín Escardó realiza proyecciones sobre datos previos del Centro de Estudios Regionales, la dirección de Estadísticas y Censos de Río Negro y la Encuesta de Coyuntura Hotelera de la municipalidad de Bariloche.
La cuantificación de las pérdidas ocasionadas por la crisis de la gripe A tendrá fuerte peso de aquí en más porque el gobernador Miguel Saiz, cuando recibió pedidos de ayuda de los empresarios locales, les propuso "esperar al final de temporada" para evaluar los daños.
El pasado 4 de julio, mientras se multiplicaban las cancelaciones de viajeros brasileños y la evolución de la gripe era titular de tapa en todos los diarios, los dirigentes de las cámaras locales se reunieron con el gobernador y le pidieron la reprogramación de vencimientos, exenciones impositivas y otros beneficios fiscales.
Estimaron incluso, en forma genérica, que Bariloche sufriría pérdidas "de cientos de millones de pesos".
Aquel día Saiz evitó prometer cualquier medida concreta y pidió evaluarlas con los resultados de la temporada en la mano.
El estudio de Escardó refiere que "la crisis por la influenza H1N1" afectó el mes de julio completo y las tres primeras semanas de agosto, que en Bariloche componen tradicionalmente el período de mayor movimiento turístico del año.
De los distintos escenarios posibles el experto propuso estimar el cálculo de pérdidas en función de una caída del 50% en el ingreso de pasajeros.
Si bien las mediciones exactas todavía no están disponibles, tomó como referencia que en los primeros 16 días de julio el ingreso de pasajeros nacionales cayó un 12%, el de extranjeros un 68% y los pasajeros transportados por agencias de turismo bajaron un 64%, siempre tomando estos valores en relación con los del año anterior.
Esa merma significa que la ciudad -en el período analizado- recibió 76.302 visitantes menos y perdió 350.989 pernoctes.
Pérdidas por sectores
De acuerdo a las mediciones previas del gasto de los turistas, el impacto económico en la facturación del sector hotelero durante las siete semanas analizadas alcanzó los 52 millones de pesos y en la actividad gastronómica, comercial y de servicios sumó otros 75,8 millones.
Según Escardó, es posible estimar "con un alto grado de certeza que las pérdidas directas causadas por el impacto de la pandemia de influenza H1N1 son de 127,8 millones de pesos".
Ese quebranto también tendrá efectos sobre la economía provincial, ya que Bariloche concentra un 23,5 de las empresas rionegrinas y aporta un 21,48% del Producto Bruto Geográfico de la provincia.
