Año a año vemos cómo nuestro Valle va en decadencia. Los que nacimos y crecimos en las hermosas y progresistas chacras de las décadas del 60 y el 70 constatamos cómo las mismas van desapareciendo. El creciente urbanismo de las ciudades valletanas da lugar a cantidades de loteos y clubes privados que van deglutiendo las chacras existentes entre Cipolletti y Allen y entre Neuquén y Plottier: el desconcierto y el desaliento existentes entre los medianos y pequeños productores inducen a la venta y abandono de las mismas.
La pérdida de la cultura del trabajo en los trabajadores rurales, que dan prioridad a los dirigentes sindicales sobre el perfeccionamiento y el rendimiento laboral, y la nula rentabilidad de la fruticultura producen el desánimo del viejo y el joven productor.
Es menester introducir de inmediato un cambio en el sistema de comercialización. No es normal que el productor perciba entre 20 y 30 centavos de peso por kilo de fruta mientras que en los supermercados de la zona éste se vende al público a entre 5 y 7 pesos. Esta gigantesca desproporción debe ser corregida y la venta, más transparente y directa, ya que estas majestuosas ganancias quedan en manos de los que nada arriesgan.
De no modificarse el método de comercialización, habrá que pensar en alternativas tales como fruta desecada, dulces u otro tipo de cultivos como nogales u olivos, para así evitar la ineludible desaparición de nuestro hermoso Valle y con ella la del pequeño y el mediano productor.
Francisco Quiroga, DNI 8.119.442 - Allen