Cada vez que el hijo de cuatro años de Mark Northeast -diseñador web de Littlehampton, Inglaterra- llegaba del jardín infantil se quejaba de aburrimiento; justo a la hora de la comida. "Se ponía gruñón y lloraba". Un día Mark tomó el cuchillo y cortó laboriosamente el sándwich de su hijo. Lo transformó en un cohete espacial con verduras que rápidamente desapareció en la boca del niño. La semana siguiente hizo un barco pirata.El resultado fue tan positivo que no sólo repitió la técnica para lograr que su hijo coma en casa, si no que además transformó sus cada vez más numerosos diseños culinarios en un llamativo sitio web. Ahora su sándwich de Bob Esponja fabricado con queso, pepino y tomate; el de Cocodrilo de jamón y pepino; el de Nemo de zanahoria o el de Hello Kitty (favorito de su hija) son mundialmente conocidos.Tan famoso es este padre británico de 36 años, que su sitio web www.funkylunch.com recibe alrededor de 10 mil visitas diarias. "No estoy sugiriendo que cada comida sea una obra de arte, pero creo que los niños se aburren fácilmente. Entonces pequeños cambios en el plato pueden alentarlos a probar nuevos alimentos", asegura Mark Northeast. En la primavera de 2010 lanzará un libro instructivo para enseñar a otros padres, paso a paso, cómo crear los funky lunch . Platos para jugar Esta moda de comer y divertirse conocida como cute food (comida linda) no comenzó en Inglaterra, pero sí en Japón. Los niños llevan su merienda al colegio en una especie de lonchera que contiene la tradición culinaria japonesa. Muchos padres se dieron cuenta de que mientras más ingeniosos eran los platos, menos granos de arroz dejaban. En la actualidad son famosos los rolls de Hello Kitty o con diseños que incluyen pandas, peces y corazones.La cute food es el antónimo de la célebre frase de los padres "no juegues con la comida". Por el contrario, la filosofía tras esta moda nutricional infantil es que, para lograr que los niños coman alimentos que tradicionalmente rechazan -como las verduras y las legumbres-, hay que lograr que los alimentos sean lo suficientemente atractivos como para que no los rechacen.Los hábitos alimentarios, advierte, son la principal herramienta para lograr que los niños coman todos los alimentos desde que son pequeños y no la forma que se presentan en el plato.