Pasaron por lo menos ocho años desde este relato tan audaz en revelaciones, minucioso y profuso en datos. Los cientos de oyentes de LU 20 Radio Chubut que lo escucharon deben haberse impresionados por una descripción que podría ser la llave para resolver el crimen.
Sin embargo, la cinta de audio quedó inexplicablemente dormida. A ningún juez ni a otro funcionario judicial se les ocurrió procurar que comparezca el testigo y llevar a la causa una prueba tan relevante y servida en bandeja. Recién en 2007 la familia Gangeme requirió el material a través de un oficio, y ya lo incorporó al expediente. Pero en el medio, un escandaloso juicio oral ya absolvió a los tres imputados: Vitti, Smith y Zabala; justo los tres mencionados en el relato.
Un testigo muy determinado a contar sucesos de tan grueso calibre no es algo para despreciar.
La causa, desde la instrucción misma, se plagó de indolencia, testigos desoídos, apretados o "arreglados", pruebas adulteradas y violadas, el arma clave hecha desaparecer... El colmo es que la Justicia haya ponderado un testimonio que puede ser decisivo como una simple anécdota radiofónica.