CIPOLLETTI (AC).- Un incendio tremendo de milagro no se cobró las vidas de dos pequeños en una casa de la periferia norte de Cipolletti que ardió de un minuto para otro, por causas que anoche se seguían investigando. La abuela de las criaturas los habría rescatado de la habitación en llamas y hasta bien entrada la tarde la mujer seguía en estado de shock. Los bomberos, dada la cantidad de vecinos que se volcó hacia la zona, tuvieron dificultades para llegar al lugar del siniestro pero su acción igualmente fue clave, dado que lograron limitar el fuego y detenerlo antes de que destruya también otras dos habitaciones, un baño y se extienda hacia la planta baja.
Por el dramático caso se instruye una investigación para conocer las causas del siniestro. Todo se desencadenó ayer al mediodía en un dúplex de calle Troilo al 1.961, en el populoso barrio 1.224 Viviendas, la zona más densamente poblada del ejido, en una de las habitaciones de la parte alta, donde se hallaban dos niños de 4 y 3 años. La abuela, Griselda Manríquez Melo (60), al parecer había bajado a la cocina para preparar el almuerzo.
Por el humo, en el barrio se percataron de que algo extraño ocurría. La situación se convirtió en desesperante en cuestión de segundos y los vecinos se acercaron a colaborar sin esperar la llegada de los bomberos.
Si todos los domingos al mediodía el barrio es un hervidero de gente, ayer la conmoción fue mayor aún, tanto que hasta el autobomba de los rescatistas tuvo dificultades para arribar a la casa, dada la agitación de los que ayudaban y de los curiosos.
La policía de la Subcomisaría 79 trató de hacer un vallado, los bomberos debieron ingresar con una escalera propia a una ventana de la parte alta del dúplex y allí, con máscaras, atravesar un "pozo negro y amarillo" por el denso humo y las llamas. Con mucho esfuerzo lograron circunscribir el foco únicamente al cuarto -allí se quemó todo, desde muebles, colchones, ropas y demás- y salvar las dos habitaciones contiguas.
"Las paredes y el piso quemaban", confió un voluntario. El hecho de limitar el fuego sólo a una pieza evitó el riesgo que se propague a las viviendas vecinas. El jefe de bomberos, comisario Miguel Mossano, cauto, no arriesgó ninguna hipótesis, pero trascendió de fuentes policiales que no se descartaba ninguna, desde la de un cortocircuito hasta una "travesura" de los nenes. Los bomberos, por medio de sus peritos, efectuaron un intenso trabajo a fin de averiguar cómo comenzó todo y presentar su informe a la autoridad judicial competente.
La abuela debió ser atendida en una ambulancia del hospital y anoche continuaba en un estado de mucho nerviosismo.