Un incendio tremendo de milagro no se cobró las vidas de dos pequeños en una casa de la periferia norte de la ciudad, que ardió de un minuto para otro, por causas que esta tarde se siguen investigando. La abuelita de las criaturas, se supo, los habría rescatado de la habitación en llamas y hasta bien entrada la tarde seguía en estado de shock.
Los bomberos, dada la cantidad de vecinos que se volcó hacia la zona, tuvieron dificultades en llegar al área del suceso propiamente dicha pero su acción fue clave dado que lograron limitar el fuego y detenerlo antes de que destruya también otras dos habitaciones, un baño y se extienda hacia la planta baja y aún más, abrase las casas linderas.
Si bien no hay datos oficiales, porque se instruye una investigación para conocer las causas del siniestro, todo se desencadenó sobre el filo de las 12 de hoy, pleno mediodía, en el dúplex de calle Troilo al 2000, en el populoso barrio 1.224 Viviendas, en una de las tres habitaciones-dormitorio de la parte alta donde se hallaban dos pequeños de 4 y 3 años, mientras su abuela, Griselda Melo (60) habría bajado a la cocina presumiblemente para preparar el almuerzo.
Los bomberos debieron ingresar por una escalera propia a una ventana de la parte alta del dúplex y allí, incluso con máscaras, penetrar una especie de "pozo negro y amarillo" por el denso humo y las llamas, aunque con mucho esfuerzo lograron circunscribir el foco únicamente al cuarto -allí se quemó todo, desde muebles, colchones, ropas y demás- y salvar las dos habitaciones contíguas.
El hecho de limitar el fuego sólo a una pieza evitó el riesgo que se propague a las viviendas que se levantan litaralmente pegadas unas con otras en ese denso barrio cipoleño.
El jefe de bomberos, comisario Miguel Mossano, cauto, no arriesgó ninguna hipótesis. Empero, trascendió de fuentes policíacas que no se descartaba ninguna, desde la de un cortocircuito en la instalación eléctrica interna hasta alguna "travesura" impensada e infantil de los pequeñitos.
La abuela debió ser atendida en una ambulancia del hospital -no quiso que se la traslade al nosocomio- y por la tarde continuaba en un estado de mucho nerviosismo.
Agencia Cipolletti