| PARÍS (AFP). Los países occidentales amenazan una vez más con reforzar las sanciones impuestas a Irán para intentar obligarlo a renunciar a sus planes nucleares, aunque la eficacia de nuevas medidas contra Teherán dependerá de su aplicación y del visto bueno de China y Rusia. Un informe de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA), según el cual Irán ralentizó su producción de uranio débilmente enriquecido, influirá poco en los Occidentales, que piden una suspensión del programa atómico de la República Islámica. Tres tandas de sanciones internacionales adoptadas en 2005, 2006 y 2007 no consiguieron doblegar a Irán aunque, según un responsable europeo, "producen efectos" sancionadores. Asegura esta fuente que a Irán, sumido en una profunda crisis política, le resulta costoso exportar o importar mercancías. El ministro de Relaciones Exteriores francés, Bernard Kouchner, resumió la situación: "Las sanciones serán aceptadas" a nivel internacional pero "si no son aceptadas habrá sanciones individuales, más fuertes, más vinculantes, procedentes de Europa". En el lado estadounidense, la mano tendida a Irán por Barack Obama no dio resultado, por lo que el presidente está convencido de la necesidad de nuevas sanciones. | |