El miércoles 5 de agosto nos arrebataron el tesoro más preciado que teníamos... ¡nuestro Alejandrito! De una manera cruel, violenta, cobarde e innecesaria. Las dos lacras más sucias del planeta, a sangre fría, lo mataron para robarle el celular. ¡No se merecía tamaña violencia! Un ser tan especial, trabajador, honesto, único... con toda una vida por delante, con muchos proyectos y deseos que no podrá concretar.
Que esta muerte no sea en vano. No queremos más muertes absurdas.
Hoy pasamos a engrosar la lista de actos delictivos cometidos a manos de menores intocables por las malas leyes que existen.
El dolor, la angustia y la impotencia que sentimos sólo los entienden los que han pasado por lo mismo que nosotros.
No tenemos palabras para agradecer a todas y a cada una de las personas que nos acompañaron en nuestro dolor, brindándonos un cálido abrazo de contención para ayudarnos a superar estos difíciles momentos que nos ha tocado vivir.
Por familiares y amigos de Alejandro Peri
Marisa Quiroga, DNI 31.456.570 - Neuquén