Otra derrota y el panorama que se complica. Argentina volvió a caer en el Premundial de Puerto Rico, esta vez contra Brasil, por 76 a 67. Ahora, está obligado a ganar todo.

El clásico sudamericano tuvo un claro ganador, a pesar de que los dirigidos por Sergio Hernández jugaron mejor que en el debut.

Pese a lo que sería el partido, el comienzo fue para ilusionarse. Con anotaciones de Román González y Luis Scola, como también buenas transiciones para pasar al ataque, Argentina tomó ventaja (8-4).

Después de perdonar luego de dos pérdidas consecutivas, en manos de Román y Federico Kammerichs, los brasileños enderezaron su ofensiva y empezaron a sumar. Un parcial de 8-0 les dio una luz (12-8) que no perderían en casi todo el partido.

Esa ráfaga reavivó los peores vicios del equipo, falta de rigurosidad en defensa y de decisión en ataque. Sobre la chicarra un triple de Anderson Varejao bajó la persiana con un holgado 21-13.

En el segundo parcial Argentina siguió en la misma sintonía, pero tuvo a su favor el hecho de que el rival tampoco tuviera demasiadas luces. Después de esa sequía, un doble de Pablo Prigioni, un triple de Juan P. Cantero parecieron devolver la vida al equipo argentino (21-23). Pero a falta de tres minutos, Brasil, de la mano de Guillerme (8 puntos), embocó todo lo que había errado (23-37).

Después del descanso la selección argentina recuperó terreno (27-37), pero luego la impotencia se evidenció en dos faltas antideportivas de Scola y Prigioni. En esa pelea se encendió Leandrinho Barbosa y la diferencia se hizo alarmante (27-43).

Cuando la posibilidad de poder volver al partido se escurría Argentina acortó la brecha, pero otra vez despertó Brasil y se escapó por 14 puntos (46-60).

El comienzo en el cuarto parcial volvió a acercar a Argentina. Fue un espejismo, porque Brasil con un Barbosa (21) brillante tuvo un cierre favorable.