Sábado 29 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 24 > Internacionales
Un debate largo y de final incierto
El encuentro se extendió por horas por la falta de acuerdos previos.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El cónclave de presidentes sudamericanos resultó inusual desde su misma génesis, ya que fue convocado al margen de cualquier agenda y con el exclusivo propósito de discutir cara a cara con el presidente de Colombia, Álvaro Uribe, la presencia de tropas norteamericanas en bases de ese país.

Ayer quedó claro durante el desarrollo de la cumbre que la retórica inútil había quedado a un lado y que no había documentos previamente acordados.

Las deliberaciones se iniciaron a las 10 e iban a concluir a las 13:30, pero se extendieron tres horas más en una progresión tan larga como incierta.

El resultado fue todo lo azaroso que cabía, en un encuentro al que cada mandatario se presentó decidido a imponer su posición y que -según dictan las formas- sólo podía adoptar resoluciones de consenso.

El presidente Lula expresó un par de veces su preocupación por lo que dirían "los diarios de mañana" si la Unasur no alcanzaba acuerdo alguno para exhibir.

Hubo reproches del peruano Alan García a la escalada armamentista en la región y un contrapunto áspero entre el colombiano Álvaro Uribe y su vecino ecuatoriano Rafael Correa por los controles y deslices en esa caliente frontera.

Aun en su extensión, el intercambio tuvo en ascuas a los hombres de prensa que siguieron en vivo cada ponencia. Y no pudieron evitar el escalofrío del fisgón cuando Lula se quejó de que el debate televisado en directo atizaba los discursos "para la cámara" y conspiraba contra los posibles acuerdos.

"Reconstruir la confianza"

En la conferencia posterior la presidenta Cristina Fernández dijo a la prensa que "reconstruir a confianza" entre los presidentes de Sudamérica es y será el cometido principal. "Pudimos preservar la unidad de Unasur, y eso tal vez ponga nervioso a alguien", conjeturó.

La ministra de Defensa, Nilda Garré, le dijo a "Río Negro" que el resultado de la cumbre fue satisfactorio porque cualquier despliegue militar de Estados Unidos en Colombia quedará condicionado por el punto 3 de la declaración final, según la cual esas fuerzas no podrán "amenazar la soberanía e integridad de cualquier nación suramericana y en consecuencia la paz y seguridad de la región".

Garré dijo que el Consejo de ministros de Defensa de Unasur quedó encargado de estudiar el acuerdo colombiano-estadounidense y precisar si viola aquel principio.

"Nosotros reivindicamos a Sudamérica como zona de paz -explicó la ministra nacional-. Por eso dejamos en claro que nos preocupa la militarización, y más si es al servicio de alguna potencia extranjera".

Sin saldar

El senador rionegrino Miguel Pichetto dijo que el debate fue "importante" y admitió que la discusión por las bases "no está saldada". En relación con los riesgos que representa la creciente inversión en armamentos de algunos países de la región, Pichetto aceptó que el tema "preocupa" a la Argentina.

Dijo sin embargo que "no hay hipótesis de conflicto entre vecinos".

A su juicio, el gobierno argentino "tuvo hasta ahora una actitud responsable en este tema" pero en algún momento deberá asumir la necesidad de "reequipar" a sus fuerzas armadas.

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