El pase de facturas entre Cristina Fernández y los jefes de las bancadas oficialistas de diputados y senadores, Agustín Rossi y Miguel Pichetto, por el costo político a pagar a raíz del veto presidencial a los beneficios a distritos bonaerenses, tendrá varias consecuencias inmediatas.

Se vienen meses complicados en los cuáles el gobierno, antes de que se produzca la renovación legislativa de diciembre, tratará de aprobar el presupuesto de 2010 y prorrogar el impuesto a las ganancias y la ley de cheques.

Para evitar que el gobierno siga "dormido" en temas sensibles y silenciar las críticas del titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, por los supuestos "errores" de muchos diputados y algunos senadores, Rossi y Pichetto le pidieron a Cristina, que designe un experto impositivo en el área de la jefatura de Gabinete, para que a partir de ahora coordine las actividades entre el Ejecutivo y las bancadas del Frente para la Victoria.

Los legisladores K que votaron unánimemente las concesiones para zonas afectadas por la sequía, ahora sin sonrojarse harán imponer su mayoría en las comisiones respectivas y avalaran el veto presidencial.

Para diciembre, se verá si estos dos hombres siguen al frente de las bancadas. En Diputados, Díaz Bancalari se prepara para reemplazar a Rossi.

(ABA)