En nada se parece el motor de un Fórmula 1 a un piano, pero al piloto alemán Adrian Sutil le produce tanto placer el ruido ensordecedor de uno como la dulce melodía del otro. Sutil, de 26 años y de padre uruguayo, es un piloto diferente a los que hay en la parrilla.
Sus padres, músicos ambos, le transmitieron el gusto por la música y sus manos controlan con pericia tanto un volante como las teclas de un piano. El ritmo, la coordinación y el oído son características necesarias para tocar bien el piano. Y para conducir un Fórmula 1. "La coordinación es muy importante para ambas cosas, que son difíciles, por lo que se necesita practicar mucho y estar muy centrado para ser profesional. Cada detalle es importante. Si tocas una pieza al piano, necesitas hacerlo perfecto, miles de notas sin cometer un error, eso es clave.
En la Fórmula 1 pasa lo mismo, no se pueden cometer errores", aseguró Sutil en una entrevista con la agencia dpa durante el Gran Premio de Europa en Valencia. Sutil, que pasa parte de su tiempo libre tocando el piano de su casa, está convencido de que "saber tocar un instrumento ayuda a conducir un Fórmula 1". "También el sentido del ritmo es importante.
Hay una corriente y hay que sentirla, como en el piano, tienes que tener una pasión en tu interior para mostrar y expresar cómo sientes esa pieza", agrega Sutil, que pese a saber hablar español prefiere expresarse en su alemán materno o en su inglés perfecto. "Escuchas más atentamente a tu motor, probablemente tienes mejor sensación cuando algo ocurre, cuando hay algún ruido o algo roto. Quizás uno se da cuenta antes que otro piloto que no toca un instrumento". Su padre, que llego a Alemania "sólo con 50 dólares en el bolsillo" y con una beca para estudiar violín en Colonia, le hablaba de niño en español, pero él siempre contestaba en alemán. Sólo ha estado una vez en Uruguay para ver a la familia, que reconoce como "multinacional". "Hay una gran mezcla".
Llegó el momento en que Sutil se decantó por el volante en lugar de por el teclado. "Era muy bueno cuando era joven", dice el fan del compositor estadounidense George Gershwin sobre sus habilidades con las teclas. Y también lo fue con las manos al volante. Está ya en su tercera temporada en la Fórmula 1, en el modesto equipo Force India, buscando con paciencia que llegue su momento para atraer focos hacia sí. Y un coche más competitivo.
Lo pudo hacer en dos ocasiones y ambas fueron frustradas involuntariamente por el finlandés Kimi Raikkonen. ¿Qué le dice el nombre de Raikkonen? "Mucho dolor", asegura con una sonrisa. En Mónaco, en 2008, marchaba cuarto cuando el Ferrari del "hombre de hielo" se lo llevó por delante. No cree que de haber terminado esa carrera, su futuro en la Fórmula 1 sería distinto del actual. "Todo el mundo sabe lo que iba a conseguir, todos en el 'paddock' lo recuerdan, es un recuerdo para todos. No está en los papeles, pero está en el cerebro de mucha gente".
Hace pocas semanas, en el Gran Premio de Alemania, de nuevo un choque con Raikkonen le hizo perder la posibilidad de luchar por lograr unos valiosos puntos tras llegar a ir segundo. En el "paddock" se le reconoce su talento, que espera explotar con un coche mejor. "La Fórmula 1 es estar en la posición adecuada en el momento adecuado. A veces hay que esperar mucho, pero si crees en ti y trabajas duro, normalmente termina funcionando", asegura a dpa con paciencia y serenidad, la que le hace aún creer en puntuar antes de que acabe 2009.
"Es un reto conducir este coche, cada vez estamos más cerca de los primeros. Hablamos de pocas décimas de segundo, por eso tengo mucha motivación y disfruto de cada vuelta en este coche", afirma Sutil, que cree que las dificultades por las que pasa un piloto le hacen ser más fuerte.