JUNÍN DE LOS ANDES (ASM).- Los piqueteros que mantenían bloqueado el acceso a esta ciudad accedieron a levantar el corte ayer a las 19:45 para favorecer la negociación que iniciaron con representantes del ministerio de Trabajo de la provincia. Al cierre de esta edición se esperaba el resultado de ese encuentro para saber si volverían a la ruta o no.
Durante todo el día, cientos de automovilistas y pasajeros padecieron el corte sobre la ruta 234, a la altura del puente del río Chimehuín, mientras los piqueteros, que no encontraban eco a sus demandas, se mantenían en la intransigencia.
Luego de un fugaz contacto con el ministro de Seguridad y Desarrollo Social, César Pérez, quien el lunes se hallaba de modo casual en la zona, recién anoche se supo de nuevas gestiones oficiales en procura de destrabar el conflicto.
Al atardecer llegó un transporte con los cheques de los reclamados y comprometidos subsidios. Pero los desocupados, en su mayoría obreros de la construcción, también pretenden que el gobierno provincial les asegure la reactivación de la obra pública en Junín. Una fuente directa del ministerio de César Pérez dio a entender a este diario, que esa garantía es "imposible" en medio de la actual estrechez presupuestaria.
Sin embargo, uno de los voceros de los desocupados, Fabio Pereyra, dijo que también realizaron una contraoferta a un colaborador del ministro de Gobierno, Jorge Tobares, que se acercó al piquete (se ignora si el ministro Pérez está al tanto de esa otra vía de negociación). Los desempleados propusieron recibir una paga de 1.000 pesos con contraprestación en obras o tareas que disponga el gobierno provincial.
El arribo de una delegación del ministerio de Trabajo abrió otra instancia de negociación y los piqueteros accedieron a levantar el corte, pero sin levantar la medida en forma definitiva.
En la madrugada, los piqueteros abrieron de forma intermitente las barricadas, hasta las 8 de ayer, cuando dejaron pasar las caravanas, cuyos miembros venían dando bocinazos para hacer conocer su malestar. De hecho hubo varias tensas discusiones y hasta el frustrado intento del conductor de una camioneta para atravesar la barricada.
Personas con las más diversas necesidades se multiplicaron a un lado y otro del piquete. Sólo permitieron de forma esporádica el paso de quienes viajaban con bebés o con enfermos.
Las complicaciones también se notaron en el ritmo cotidiano de los juninenses y sanmartinenses, a propósito de las demoras en el arribo de proveedores de servicios o productos, así como las sufrieron los turistas que debían retornar a sus lugares de origen.