NEUQUÉN (AN).- Muchas normas legislan sobre lo obvio, sobre lo que debería ser y no es. Es el caso de los derechos que se busca garantizar y sellar con un compromiso del Estado -y generar obligaciones para quienes tienen poder de decisión al respecto- con los dos proyectos de ley presentados ayer en la Legislatura sobre el respeto a la identidad de género y el registro de parejas. Dos garantías al derecho a ser diferente.
Cuando en mayo pasado se logró el acuerdo de diputados de todas las fuerzas provinciales para derogar parte del articulado del Código de Faltas que permitía a la autoridad de turno ordenar la detención por 10 días de una persona que vistiera "en forma contraria a la decencia pública", tanto desde las agrupaciones que se dedican a la defensa de cuestiones de género como desde la defensoría del pueblo o desde el Inadi, se interpretó como un avance contra la discriminación. Las leyes que propone sancionar el diputado del MUN, Rodolfo Canini, dan un paso más, ya que tienen como objetivo garantizar la vigencia de derechos fundamentales.
La ley de Respeto sobre la Identidad de Género busca, al reconocer el Estado el "derecho a ser diferente, no admitiendo discriminación que tienda a la segregación, exclusión, restricción o menoscabo por razones o pretextos de género, orientación sexual", terminar con situaciones comunes en las que, por ejemplo, travestis y transexuales deben registrarse en oficinas o lugares a los que concurren con el nombre que indica su documento. Si los diputados dan el aval, con sólo requerirlo, los travestis podrán exigir que el nombre que adoptaron, al ser parte de su identidad y elección personal, pueda ser de referencia legal para cualquier registro, público o privado.
La creación del Registro de Parejas, contemplado en otro proyecto de ley, implica que todas las personas mayores de edad que convivan en esa única condición, sin importar su identidad sexual.