Las declaraciones del doctor Conrad Murray sobre la muerte de Michael Jackson son puestas en duda por médicos forenses.
El servicio de Internet Tmz.com comentó en base a informaciones de fuentes cercanas a la investigación que ni el horario dado por Murray ni su declaración sobre la dosis de propofol que inyectó al artista parecen creíbles.
El "rey del pop" murió sorpresivamente el 25 de junio como consecuencia de una crisis cardiaca. La investigación de los forenses demostró que falleció a causa de una sobredosis del potente anestésico. Murray declaró dos días después en presencia de su abogado que suministró al cantante, que padecía de insomnio, 25 miligramos de propofol a pedido de éste. Una dosis tan baja no pudo haber matado a Jackson, acostumbrado al propofol, comentaron médicos forenses. Murray dijo además a la policía que unos diez minutos después de la inyección detectó que Jackson ya no respiraba. Lo incomprensible es que el médico pasara luego casi una hora y media hablando con su teléfono celular, hasta que solicitó ayuda al 911. (DPA)