Lunes 24 de Agosto de 2009 Edicion impresa pag. 20 > Internacionales
EE.UU. flexibiliza el secreto en polémicas cárceles
Dará a la Cruz Roja datos sobre los detenidos. Los recintos más cuestionados, en Irak y Afganistán.

WASHINGTON (DPA).- Por primera vez Estados Unidos le informará a la Cruz Roja la identidad de sospechosos de terrorismo y rebeldes que mantiene detenidos en campos secretos en Irak y Afganistán, según informó ayer "The New York Times".

En enero, el presidente Barack Obama dispuso el cierre de cárceles secretas de la CIA y de la prisión de Bahía Guantánamo, en Cuba, en el transcurso de un año. También lanzó una amplia revisión de las políticas de detención e interrogatorio de militantes.

Sin embargo, Estados Unidos mantiene sus campos en Balad (Irak) y Bagram (Afganistán) con prisioneros que fueron capturados en ambos países.

Según el diario, el Pentágono se refiere a campos de tránsito en los que se realizan primeras investigaciones y análisis de los detenidos, antes de ser trasladados a otras instalaciones.

Las reglas del Pentágono limitaban la detención de personas en dichos campos a dos semanas, tras las cuales debían ser liberadas, transferidas o pedir extensiones semanales a la dirección del Departamento de Defensa.

Bajo la nueva medida, los militares deben informar a la Cruz Roja sobre la identidad de los prisioneros en las primeras dos semanas desde su captura.

Mientras que al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) se le permitió acceder a casi todas las cárceles militares y campos de prisioneros en Irak y Afganistán, Estados Unidos excluyó a los dos campos de esas inspecciones.

Por su parte, la Cruz Roja dijo que no hará comentarios sobre esta noticia, aduciendo que las discusiones sobre este tema son siempre confidenciales.

Consultado por la BBC, un vocero de CICR en Ginebra aclaró que la Cruz Roja ha venido reclamando el acceso a los prisioneros desde hace años, y que las cárceles secretas contravienen las leyes internacionales.

Se calcula que decenas de prisioneros son mantenidos en los llamados "centros de evaluación temporal" por las fuerzas especiales estadounidenses en las bases de Balad, en Irak, y Bagram, en Afganistán.

El Pentágono había dicho con anterioridad que el hecho de informar sobre sus identidades podía poner en peligro los esfuerzos en la lucha contra el terrorismo.

De ser confirmada, la nueva política puede considerarse una señal de la transparencia que el gobierno de Obama busca en relación a las cuestionadas prácticas de detención e interrogación de las fuerzas estadounidenses, además de una victoria de los organismos de Derechos Humanos.

Entre tanto, se espera que la próxima semana se hagan públicas las conclusiones de una investigación interna de la CIA con detalles del tratamiento que se da a los detenidos en las cárceles secretas.

El informe describe el abuso físico y psicológico al que son sometidos los prisioneros, que incluye prácticas ilegales como las ejecuciones simuladas para amedrentar a los sospechosos durante los interrogatorios.

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