Las muertes por inhalación de monóxido de carbono se volvieron a cobrar víctimas en la comarca petrolera. El dolor en este caso, impactó en una familia del barrio Peñi Trapún. Una joven de 22 y su pequeña de 4 años fueron las víctimas en este invierno.
Todos los años, cuando empieza la temporada invernal se escuchan los consejos sobre los cuidados que se deben tener con el “asesino silencioso” porque el monóxido de carbono no tiene olor ni color y actúa en los ambientes que no están ventilados y donde falta la ventilación adecuada. Pero además de ello, se produce también en aquellos hogares donde hay artefactos con llama directa y que es utilizada para calefaccionarse. Esto es las hornallas o el horno. Se insiste en que la cocina sirve para la cocción de los alimentos pero no como sistema de calefacción.
Sin embargo, en aquellos hogares donde tal vez la falta de recursos económicos impide tener un calefactor se conjuga de manera fatal con la necesidad de no pasar frío y entonces cerrar todas las aberturas. Es normal y común que en las viviendas de esta zona y para evitar que ingrese la tierra cuando corre viento, se coloquen trapos en ventanas y puertas. Esto fue lo que tal vez impidió que aunque sea una mínima brisa ingresara en esta vivienda del barrio Peñi Trapún y permitiera la ventilación.
La noticia que conmovió a los vecinos de la comarca petrolera, tal vez sirva para que todos tomen conciencia de la necesidad de tener especial atención con el gas. El peligro que acarrea un artefacto defectuoso o una llama directa cuesta vidas y en esta triste ocasión de una joven y su pequeña hija.
Andrea Vázquez cutralCo@rionegro.com.ar