Mostrame tu iPod y te diré quien eres: esa premisa sería válida para muchos, según un estudio elaborado por investigadores de la universidad de Cambridge. La música se utiliza también para transmitir una imagen sobre uno mismo y las listas de canciones en el iPod o plataformas de Internet como Facebook o MySpace suponen "una clara declaración pública de quién somos y cómo queremos ser percibidos", cuenta el director del estudio, Jason Rentfrow, de la facultad de psicología.
La música podría con ello reforzar los estereotipos y prejuicios sociales. En el estudio, los grupos de prueba realizaron suposiciones sobre personalidades, valores o pertenencia a clases sociales de otras personas a partir de sus gustos musicales; por ejemplo, los fans del rock fueron señalados como rebeldes y los artistas como emocionalmente inestables.
A los amantes de la música clásica se les considera más bien simpáticos e intelectuales, pero también poco atractivos o aburridos, mientras que los seguidores del jazz tienen la fama de ser amigables pero poco responsables. Los del rap fueron señalados como agresivos, pero tamibén enérgicos y atléticos. Los investigadores destacan que, aun cuando muchos de esos prejuicios no sean ciertos, el estudio deja claro que las personas se hacen una imagen de otras personas y de su personalidad cuando hablan sobre grupos musicales o compositores preferidos.
DPA