Es cierto que los servicios sanitarios que deben estar garantizados por el Estado nacional y/o provincial no son brindados de la mejor manera. Del mismo modo resulta más fácil ver la paja en el ojo ajeno que en el propio. Me pregunto: dar ejemplos con conductas incorrectas o tramposas como padres, ¿es menos grave? Quiero decir con esto que no basta con preocuparse por la salud física de los hijos, sino también de la mental y moral. Particularmente para esta última, es fundamental el ejemplo sano y honesto que provenga de los progenitores.

Es necesario tener propiedad moral para ejercer críticas hacia terceros porque alguien que toma en alquiler una vivienda para devolverla al término del contrato con dos meses de deuda (nunca saldada) más los servicios de agua, luz y gas de varios períodos impagos (nunca saldado). Obviamente, no es buen ejemplo para transmitir a los hijos.

Inculcar honestidad es parte también de la salud moral y ello se pregona con el buen ejemplo.

Como el silencio otorga y, en salvaguarda de los derechos de los niños a la salud, no puedo dejar de reflexionar sobre el particular.

Que se ponga el sayo a quien le quepa.

Eduardo Jorge Pompei, DNI 5.315.311

Roca