Hace ya largo tiempo que Sherlock Holmes esperaba por un cuerpo que lo representara en Hollywood. Basil Rathbone lo había hecho bien, en 1939, pero la figura del famoso detective estaba muy lejos de cerrar con él su ciclo cinematográfico. Buenas noticias: una vez más el hombre de mente afilada, vive entre nosotros.
Lo curioso de este nuevo ciclo es que por primera veremos en pantalla un Sherlock Holmes que, al menos en el aspecto físico, no sigue los lineamientos del original establecidos por su creador Arthur Conan Doyle. El director Guy Ritchie tomó la osada decisión: contratar a uno de los mejores actores del momento, Robert Downey Jr., para encarnar al supuestamente alto y delgado investigador. Los adelantos del filme le dan la razón. Downey Jr. es uno de los pocos artistas capaces de otorgarle flamantes y divertidas particularidades al personaje.
Recordemos brevemente como describía el Dr. Watson a su inseparable compañero de aventuras: "Su estatura sobrepasaba los seis pies, y era tan extraordinariamente enjuto, que producía la impresión de ser aún más alto. Tenía la mirada aguda y penetrante, [...] y su nariz, fina y aguileña, daba al conjunto de sus facciones un aire de viveza y de resolución.". No, definitivamente el camaleónico Downey Jr. no se parece en nada.
Sin embargo, la creación del actor que una vez interpretó a Charles Chaplin se evidencia perfecta. Una de las propiedades que el actor rescata del Holmes literario, y que se había perdido en anteriores proyectos donde se lo caracterizaba sobretodo como un hombre caballeroso aunque solemne, es su extraño humor asociado a una soberbia intelectual que raya en la desvergüenza. A esto, Downey Jr. le suma una estupenda forma física (recordemos que el Holmes original es un experto luchador) y un delicioso estilo fashion inglés al vestir.
Guy Ritchie ha explicado que al menos por esta vez, el público no verá un "típico filme de Guy Ritchie sino algo distinto. Otra cosa". Ritchie debió superar el desafío de adaptar a la pantalla grande un clásico de la literatura policial que posee su propio ritmo narrativo. Fue capaz de establecer un tiempo cinematográfico que se correspondiera con el época que transcurrimos. Después de todo el que fuera marido de Madonna se ha vuelto célebre por sus innovaciones tanto estéticas como descriptivas en el cine de acción, con filmes como "Snatch. Cerdos y diamantes" y "Revólver".
En más de un aspecto el Sherlock de Ritchie y Downey Jr. no le rinde tributo al viejo y brillante sabueso inglés. Pero, qué importa, el resultado ha sido igualmente un homenaje contemporáneo.
Hace unas semanas atrás, en algunos blogs especializados comenzó a crecer el rumor de que el nuevo Holmes tiene un aire definitivamente gay o, dicho de otro modo, sus talentos lo hacen un tanto "homoerótico". El rumor no es totalmente infundado. Downey Jr. (quien bromeó bastante con la idea asegurando que su Holmes y Watson pasaban bastante tiempo en la cama), entre otras acciones viriles, mantiene un sangrienta pelea en un típico ring de la época que lo muestra con el torso desnudo y trabajado cual boxeador profesional. Hay que hacer notar que el actor ya venía exhibiendo sus abdominales desde su participación en "Iron Man". Siempre que hubo parejas en el cine, el cómic o en la literatura, llovieron las sospechas de homosexualidad. Ya lo había dicho George Clooney: Batman es gay. Ahora es el turno de Holmes.
Más allá de estas lecturas, el elenco de Sherlock Holmes resulta prometedor: Jude Law como el incondicional asociado del detective, Dr. Watson. Rachel McAdams, es Irene Adler, una seductora mujer que mantiene una muy disputada relación con Holmes. Kelly Reilly interpreta a la novia de Watson, Mary; y Mark Strong es Blackwood, un siniestro adversario capaz de urdir un plan para destruir Inglaterra.
El contrapunto entre Holmes y Watson es el pilar del filme. En una de las escenas se le escucha preguntar a Watson: "¿es que usted no tiene ningún escrúpulo", a lo que Holmes responde con un simple y frío "no". En otra, Watson interrumpe unas sentidas disculpas de Holmes con un puñetado, y en otra se le escucha al Dr. reclamarle a su amigo por su desorden, su infinita soberbia y su conducta reprochable. Luego ambos pasan por situaciones altamente peligrosas donde se puede disfrutar parte de lo que mejor saber hacer Guy Ritchie: Holmes lanzándose desde un edificio victoriano al río y, gran final, Holmes desnudo, esposado a la cama y apenas cubierto por un almohadón que la dama de la limpieza se niega a quitar.
Este Sherlock Holmes, en versión siglo XXI, llega cargado con un contenido erótico un poco más alto (ahí lo tienen a Downey Jr. en plena forma para corroborarlo), mucha acción (Guy recupera las habilidades físicas del personaje y se lo puede ver boxeando a mano limpia tanto como batiéndose con bastones o a los martillazos contra un verdadero gigante) y un repertorio de gestos seductores por parte de dos estrellas del firmamento del cine actual.
Se estrenará en las próximas navidades y ya uno puede imaginar que la obra de Arthur Connan Doyle volverá a ser objeto de regalo.
Elemental
En verdad, Sherlock Holmes nunca dijo “elemental, querido Watson”. Lo que sí repetía cada tanto, cuando daba resolución parcial a un enigma de un caso mayor, era “elemental”. El famoso “elemental, querido Watson” fue escrito para el guión de una película protagonizada por Basil Rathbone en 1939. Rathbone quedaría fuertemente asociado a la figura del detective. Hizo 14 películas actuando al personaje, todas junto a Nigel Bruce como Doctor Watson.
Las novelas reeditadas
Por estos días se consiguen en las librerías de la región, reeditadas por “Punto de Lectura”, las novelas de Arthur Conan Doyle. Éstas son: “Estudio en escarlata”, “El signo de los cuatro”, “El sabueso de los Baskerville”, “El Valle del Terror”. Conan Doyle también publicó una serie de relatos: “Las aventuras de Sherlock Holmes”, “Memorias de Sherlock Holmes”, “El Regreso de Sherlock Holmes”, “Su último saludo en el escenario”, “El archivo de Sherlock Holmes”.
Biografía básica de un sabueso
Sherlock Holmes nació el 6 de enero de 1854. Conoció a Watson, aun debilitado por su experiencia bélica, en 1881 en el Hospital Saint Bartholomew. Su gran enemigo fue el también brillante profesor Moriarty, quien llegó a acabar con la vida del detective en la cascada de Reichenbach, Suiza (“La aventura del problema final”). Doyle tuvo que resucitar a su héroe cuando miles de lectores protestaron su decisión llevando crespones negros en el sombrero en señal de luto. Holmes reapareció en el caso “La casa vacía”. Tras una carrera de 23 años, de los que Watson compartió 17 con él, Holmes se retiró a Sussex, donde se dedicó a la apicultura y llegó a escribir el “Manual de apicultura”. Aun así resolvió uno de sus casos más complicados: “La aventura de la melena del león”.
Fuente: novelas y Wikipedia.
Arthur
Arthur Conan Doyle nació el 22 de mayo de 1859 en Edimburgo y murió el 7 de julio de 1930. Fue médico, pero el éxito de Holmes le permitió retirarse para dedicarse a su célebre personaje. Escribió cuatro novelas y cincuenta y seis relatos protagonizados por el detective de Baker Street.
CLAUDIO ANDRADE
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