MOSCÚ (AFP) - Un grupo islamita caucásico afirmó ayer haber atentado el lunes contra una central hidroeléctrica de Siberia (Rusia), coincidiendo con la visita del primer ministro ruso, Vladimir Putin, a esta planta donde murieron al menos 47 personas.
Anoche se localizaron otros 19 cadáveres, elevando el balance de víctimas a 47 muertos, anunció el centro operacional de emergencias, citado por la agencia Interfax. El último saldo había sido de 26 muertos y 49 desaparecidos.
En un comunicado divulgado en la página web rebelde Kavkazcenter.com., un grupo identificado como "Riyadus Salikjiin" reivindicó este presunto atentado. "El 17 de agosto se efectuó un sabotaje en Jakasia en la central Sayano Shushenskaya (...) En la sala de máquinas, logramos poner una granada antitanques con detonación programada, cuya explosión provocó enormes daños, muy superiores a lo que podíamos esperar", precisó el comunicado.
Durante su visita a la planta devastada, Putin no quiso comentar el comunicado del grupo rebelde. La fiscalía rusa negó el viernes tener pruebas de que el accidente de la central hidroeléctrica de Siberia sea un atentado islamita.
"En el marco de la investigación, se han verificado diferentes versiones del origen del accidente", declaró el portavoz de la Fiscalía, Vladimir Markin. "Sin embargo, la versión del atentado no ha sido confirmada", añadió Markin.
Por otro lado, Putin descartó cualquier posibilidad de encontrar con vida a las decenas de personas que aún siguen desaparecidas. El desastre habría provocado 75 muertos, según él. "Los daños materiales pueden ser reparados, pero las personas no regresarán. Es una gran tragedia", comentó el primer ministro.