| Un estudio realizado por investigadores norteamericanos encontró un vínculo genético entre el dolor físico y el rechazo social, que podría avalar la tesis de que el rompimiento de una relación amorosa de verdad puede doler. Así lo indicaron investigadores de la Universidad de California, quienes señalaron que el cuerpo humano tiene un gen que conecta el dolor físico con la sensibilidad social. Esto, pues la variación en el gen receptor del opioide m (OPRM1), a menudo asociado con el dolor físico, tiene que ver con cuánto una persona siente dolor luego del rechazo social. De esta manera, las personas con una variante rara de este gen son más sensibles al rechazo, y así lo indicaron las pruebas de ADN realizadas en 122 participantes, quienes además fueron evaluados por sicólogos.
Una de las principales conclusiones, la entregó Naomi Eisenberg, co-autor del estudio y quien señaló que "los individuos con la forma rara del gen vinculado al dolor, además de ser más sensibles al dolor físico, también evidenciaron una mayor actividad en las zonas del cerebro relacionadas con el rechazo social".
Eisenberg, señaló además en el estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, que esto puede ser una forma de adaptación para asegurarnos de mantener una conexión social: "sentirse herido por no tener relaciones sociales puede ser una forma de adaptación para asegurarnos de mantenerlas". | |