SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La Cámara Segunda del Crimen de Bariloche debatió ayer en juicio abreviado una causa penal por lesiones graves que tiene como imputado a un joven de 21 años que era menor de edad cuando, según la acusación, lesionó gravemente en el rostro a otro chico de 15 años, que todavía sufre las secuelas de la agresión.

En la audiencia, el imputado reconoció su responsabilidad en la brutal agresión, pero como ya es mayor de edad y en atención al tiempo transcurrido entre la fecha del hecho y la realización del juicio, la justicia no le puede imponer el tratamiento tutelar que le hubiera correspondido.

Ahora, tras la realización y posterior análisis de un informe sobre su conducta, el tribunal de juicio decidirá si le impone la pena o no por el delito de lesiones graves.

El episodio analizado se produjo a las 23:30 del 2 de abril de 2006 en la calle principal del barrio Dos de Abril de Bariloche, frente al CEM 97, en las 34 Hectáreas.

En ese momento, el acusado y un grupo de amigos agredieron con golpes de puño a un menor de edad que por entonces tenía 15 años y ahora pisa los 18. Cuando el adolescente cayó de espaldas, como consecuencia de los golpes recibidos, el acusado estrelló una piedra contra su rostro, ocasionándole fracturas y lesiones que requirieron una operación correctiva. Pese a esa intervención, los médicos ya le informaron que tendrá secuelas permanentes.

40 meses después

La entidad de las lesiones y la intención de quien las produjo podrían ameritar una calificación más grave, pero ni esa circunstancia, ni la cantidad abrumadora de pruebas en contra del procesado, alcanzaron para que la causa llegara a juicio antes de los 40 meses contados desde el momento en que se produjo la salvaje agresión.

En el juicio abreviado el imputado aceptó su responsabilidad en las lesiones y también la calificación legal que sostuvo el fiscal de Cámara Carlos López. Sin embargo, no pudieron resolver en el momento la imposición o no de una pena al acusado, porque a lo largo del proceso se omitió ordenar el tratamiento tutelar, lo único que se le puede imponer a un menor.