- ¿Cómo imagina el radicalismo del 2011?

- No lo imagino, lo estoy palpando: fuerte, con su gravitación territorial. Listo para derrotar al peronismo, pero no a cualquier peronismo.

- ¿No más Dunkerque para el radicalismo?

- Terminó el repliegue. Lo dicen las elecciones del 28 de junio: 29, 5 % de los votos, 76 diputados nacionales, 23 senadores.

- En el marco del Acuerdo Cívico?

- Sí, pero con la UCR como viga. La UCR dejó atrás Vilcapugio y Ayohuma. Son historia.

- ¿?

- Sí, claro? lo que nos pasó en el ´89, los que nos pasó en el 2001.

- ¿Qué es eso de ganarle "no a cualquier peronismo"?

- Ganarle al peronismo unido. Y si va dividido, también. Pero ganarle unido tiene?

- ?sabor a un 30 de octubre.

- Exactamente. Volvemos a tener un proyecto de poder.

- Parafraseando a Sarmiento en "Facundo": "sombra terrible". Terrible la palabra "poder" para el radicalismo. Sabe lograrlo, pero tiene dificultades a la hora de operarlo. Usted mismo dice que en el desplome de la Alianza , "no le podemos echar la culpa a nadie, porque eso fue una defección propia, por no haber tenido un proyecto de poder y un modelo para salir de la Convertibilidad". ¿Qué le pasa a ustedes con el poder?

- No es un tema menor, efectivamente. Y cuando se habla de esta cuestión, se habla desde dos experiencias que marcan a fuego al partido: los finales de la administración Alfonsín y de la Alianza. Es cierto, el radicalismo tiene dificultades en el manejo del poder. Para mí, este déficit tiene una causa: tenemos problemas, incapacidad para relacionarnos con los factores de poder. Dificultades para disciplinarlos democráticamente. No se los puede disciplinar desde el discurso de barricada, tampoco desde la prebenda -como hizo Menem con el sindicalismo- . Kirchner disciplinó mediante la convergencia de dividir y prebenda? Todo eso es de corto alcance. El ingenio está en hacerlo desde el poder democrático, donde nosotros fallamos.

- Defíname el alcance del concepto disciplinar. No le escapa que tiene fuerte impronta ideológica.

- Esta claro, sí. Disciplinar en términos de tener en cuenta lo institucional, las reglas y cumplimientos que hacen al interés del conjunto nacional, no de un sector? porque acá tenemos muchos factores de poder que se cortan y van por la suya a la hora de presionar, sin tener en cuenta el interés del conjunto. No se expresa sólo en los sindicatos. Hace también a factores de poder económico, comunicacionales, religiosos, militares. Quien logra disciplinar democráticamente ese andamiaje, resuelve uno de los grandes secretos que siempre clava el ejercicio del poder en este país.

- La militar es la única corporación que dejó de existir.

- Es cierto? Y mi utopía como radical se organiza en eso: lograr una relación digna, democrática entre el poder que gobierna a los factores de poder.

- Cuando de política se trata, utopía es un término también bajo tembladeral. "Seductora pero esquiva", dice Carlos Fuentes. ¿Qué es para usted?

- Eso, caminar? siempre estar en camino. Luchar, luchar por lo que uno cree, por la gente, la justicia, la dignidad.

- ¿Por qué suele decir que los argentinos son más indulgentes con el peronismo que con el radicalismo?

- Porque en general -le doy un ejemplo- al peronismo no se lo critica cuando presenta, como producto de sus divisiones, tres o cuatro candidatos. Pero si eso lo hacemos los radicales, sacan en San Benito: "¡Otra vez se dividen!". Para con nosotros hay siempre una exigencia más? en muchos planos. Si me pregunta sobre la razón de esto, le respondo con lo que dije hace poco: la UCR representa el inconsciente de lo que los argentinos entienden como el "debe ser" de la sociedad; el peronismo el "ser"? Y usted no ignora que en materia de "ser" o "debe ser", aquí el debate es largo.

- Hace 80 años, Ortega decía que era uno de nuestros problemas más graves. Sigo sus intervenciones en el Parlamento. También los de su correligionario, el diputado Oscar Aguad. En ambos casos encuentro dos rangos muy elocuentes: uno: la apelación a la idea de progreso, que usted sabe que aquí está bajo tembladeral; dos: el convencimiento de que aún está abierta la posibilidad de una alianza de intereses sociales que, hoy encontrados, sin embargo puedan converger en un proyecto de conjunto...

- ?un proyecto nacional, un instrumento que por encima de diferencias puntuales que implique ponernos de acuerdo en un conjunto de ideas sobre cómo rescatar a Argentina, cómo proyectarla. Hoy la política suma nuevos desafíos. Está en necesidad de ideas en permanente ebullición? de consensos, de estudiar las soluciones bajo nuevos paradigmas que devienen de los nuevos desafíos? Si no entendemos esto, la política?

- En esos discursos hay mucha nutriente frondizista, desarrollista.

- Yo abrevo en el desarrollismo. Si usted quiere, me asumo como frondizista.

- ¡Van a crujir los barones del balbinismo! ¡También los del alfonsinismo, que en materia de rechazo a la simbiosis desarrollismo- frondizismo, es lo mismo!

- Hay que decir lo que uno piensa. Hay más: mis padres eran desarrollistas. Yo ingresé a la política con Alfonsín rumbo a la presidencia, pero vengo de cuna frondizista. Al momento del gobierno de don Arturo, yo era muy pibe, pero después fui pibe curioso?

- Dice Bayer que "pispiando", uno llega a la política?

- Y es así. Hago mío mucho del plexo de ideas de Arturo Frondizi, aun admitiendo la mutación que aplica el tiempo en materia de ideas. Son ideas profundamente republicanas, propuestas formuladas siempre teniendo en perspectiva el interés del conjunto. Y tengo una gran admiración por el Frondizi del Grupo de los 44? aquellos diputados radicales que les tocó lidiar con el peronismo a partir del ´46. Las intervenciones de Frondizi son magistrales... Le cuento algo, de color si usted quiere, pero expresa mi reconocimiento a ese hombre: en la pared del bloque en que están las fotos de los presidentes radicales, estaba ausente don Arturo. Yo me conseguí una foto de él, la enmarqué, lo colgué.

- Ya que estamos con Frondizi? Él hizo del manejo de ideas, de cuerpos de pensamiento, un afán en función de la política. ¿Por qué hoy el radicalismo no tiene ningún centro activo de reunión de ideas, de debate? Lo que hay en ese campo es muy poco creativo.

- Es un débito que tiene la agenda radical. Quizá tenga una explicación, al menos para estos años: el partido viene de la resistencia a los tarascones que nos dio el kirchnerismo. Desde el 2004 hasta hace muy poco, vivimos exigidos por un ranking de urgencias, de defendernos. Ahora, con poder recuperado, hay que trabajar en otras direcciones, entre ellas la de volver a reunir materia gris?

- ¿Ideas como las de Ricardo López Murphy tienen cabida en esa reunión?

- Por supuesto. Lo que importa es la síntesis que se plasme de lineamientos encontrados.

- Se acepta en el partido que no hay radicalismo fuerte a escala nacional sin el radicalismo de provincia de Buenos Aires y Capital. Pero ahí el partido está sin sumos sacerdotes -lo cual quizá sea bueno-, pero también está muy desarticulado. ¿Cómo manejar ese tema?

- Vilcapugio y Ayohuma causaron una implosión en el radicalismo de ambos distritos. Perdieron el poder de ser vectores de los procesos de renovación que a lo largo de su historia tuvo el partido. Bajo tarascón kirchnerista, esa renovación fue liderada por el radicalismo del interior. Muchos gobernadores, muchos intendentes radicales prefirieron la manzana de Adán que les ofreció Kirchner, el calorcito del hornito kirchnerista. Probaron la manzanita, el hornito. Así quedaron.

- ¿Cómo quedaron?

- Así. Hay alguno que todavía sigue probando la manzanita? entre ellos el gobernador de Río Negro. Saiz ahí anda, tratando de ubicarse en los jirones que quedan de la alfombra roja del kirchnerismo? ¡Cada vez más en soledad, perdiendo todo el hombre! Pero ese radicalismo que resistió al kirchnerismo desde lugares de no poder -los Morales, los Aguad, los Chironi, los Sanz y puñados por aquí y por allá-, ese radicalismo ayudará a juntar a la UCR bonaerense y de Capital junto a Stolbizer. Junto a Daniel Salvador (presidente de la UCR bonaerense), un gran dirigente, bajo perfil. Con humildad se puso al hombro al Comité Provincia tan cargado de bronces y se comió a los barones que durante años venían haciendo y deshaciendo en ese distrito?

"Ese ingeniero..." 

- ¿Cuántos años tiene?

- 52. Mendocino. Abogado egresado de la Universidad Nacional del Litoral. Mi primer día en la universidad fue el 24 de marzo del ´76. Fui y me encontré con los militares en la entrada?

- ¿No se dio cuenta que desde la madrugada ese día era un día muy particular?

- Sí, pero bueno?

- Tras la muerte de Alfonsín, varios periodistas extranjeros y argentinos volcaron en papeles cuáles habían sido los discursos de esa hora que más les habían impresionado. Se coincidió que el suyo y el de Feldner, por la sintaxis con que simplemente le dijeron "gracias" a Alfonsín?

- Es que le debo mucho a Alfonsín. Llegué a la política de su mano. Que después la historia de aquel gobierno fuera por donde fue, es otra cuestión? ¿Pero cómo no rendir homenaje a aquel ímpetu que él le puso a la política, a la vida? Hoy parece un instante, pero no lo fue. Hable desde ese instante que no fue un instante.

- ¿Entonces descontado: Cobos es el hombre de la UCR para presidente?

- No descuento. Digo que con las urnas a dos años vista, Cobos es el radical con mayores posibilidades a serlo. Esto no implica que esto no cambie.

- ¿Cómo es Cobos?

- Es un ingeniero de gestión, de realizaciones concretas. Tiene mucho olfato, condiciones innatas para saber por dónde ir, por dónde ser práctico, eficiente. Le gusta aprender, escuchar. Está en una etapa de crecimiento muy significativa en materia de percepción de los problemas nacionales. Cobos merece ser acompañado.

CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com