CATRIEL (ACA).- El bebé de un año y medio que recibió un balazo en la cabeza mientras sus padres discutían el sábado a la noche, falleció esa misma medianoche a raíz de esa herida. En tanto la madre se encuentra detenida en la comisaría de Catriel y el padre -en calidad de detenido- está internado en el hospital local con síntomas de gripe A.
Se aguardan resultados de pericias para determinar el grado de responsabilidad de estas dos personas en la muerte de la criatura, hija de ambos. La causa está en el juzgado número 6, a cargo del juez Gustavo Herrera.
Hasta ayer, la mujer de unos 30 años permanecía detenida en la comisaría local e incomunicada, mientras que el padre, de apellido Ruíz y de unos 37 años, fue internado aunque en calidad de detenido y con custodia en el hospital local. El sábado, luego de ocurrido el dramático hecho, personal de Criminalística llegó hasta Catriel para investigar. Las pericias deberán determinar si uno o ambos integrantes de la pareja habían consumido alcohol o estupefacientes.
Hasta ahora se sabe que el matrimonio discutía por cuestiones que se desconocen, en momentos en que el padre tenía en sus brazos al pequeño de un año y medio. A partir de allí, no se tiene certeza de cómo fue que ocurrió el disparo, si fue accidental o intencional, lo que recién comenzará a dilucidarse a partir de las pericias realizadas por el personal de la policía científica.
El hecho ocurrió en las afueras de la ciudad, cerca del corralón municipal, sobre la calle Primeros Pobladores, cuando los padres del menor discutían.
La criatura fue atendida en primera instancia en el hospital de Catriel, pero luego, dada la gravedad de la herida y una vez estabilizada, fue derivada a un centro de mayor complejidad en la ciudad de Cipolletti. Finalmente el niño dejó de existir en los primeros minutos de ayer, a pesar de los esfuerzos de los profesionales de la salud por salvarle la vida.
Fuentes que tuvieron trato con el matrimonio, dijeron a este diario que nunca vieron actitudes violentas en el joven matrimonio. También comentaron que tenían inestabilidad laboral y que subsistían vendiendo tortas fritas y otros productos artesanales. La madre sería oriunda de 25 de Mayo y tendría otros dos hijos que no convivirían con la pareja.
No se sabe aún si el arma estaba registrada ni si alguno de los integrantes de la pareja pudo haber amenazado al otro con el arma, o si hubo un forcejeo para apoderarse de la misma.