GAZA.- Tras sangrientos enfrentamientos con extremistas autodenominados guerreros de dios, el grupo radical islámico Hamas recuperó ayer el control total sobre la Franja de Gaza.
En los enfrentamientos murieron en total 28 personas y más de 120 resultaron heridas, según la organización palestina de derechos humanos.
Entre las víctimas de los combates en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, se cuentan seis civiles así como seis efectivos de seguridad de Hamas. Los demás muertos eran miembros de la secta islámica Yihad al Salafi, que reclutó varios miles de miembros y que estaría vinculada a la red terrorista Al Qaeda.
Por el momento no está claro si el líder espiritual del grupo, Abdel Latif Mussa, un profesor de universidad de 47 años, se suicidó con un cinturón de explosivos o si fue abatido por combatientes de Hamas. Se trata de los más sangrientos enfrentamientos entre palestinos desde que Hamas tomara el poder por la fuerza en Gaza en junio de 2007. Según observadores, con su dura actuación Hamas quiso dar a entender a los 1,5 millones de palestinos que habitan la Franja de Gaza que no hay piedad para quienes cuestionan su dominio o violan la ley y el orden.
En estos dos años Hamas dedicó todas sus fuerzas a impedir una recuperación en Gaza de su principal enemigo, el movimiento secular Al Fatah del presidente Mahmoud Abbas, pero descuidó la actividad de los grupos radicales.
Esto permitió el surgimiento y expansión clandestina de numerosas facciones radical islamistas, partidarias de instaurar un Estado islámico como el Afganistán de la época talibán. Una de las formaciones con más aceptación dentro de esa línea era la del profesor universitario Abdel Latif Mussa.
Nadie sabe con exactitud el origen de los numerosos miembros del ala armada de la organización, Jund Ansar Allah (ejército de los seguidores de Dios) ni de sus armas.
En Gaza se especula que combatientes extranjeros entraron en el territorio a través de los túneles utilizados para el contrabando entre Egipto y la Franja.
Hamas se ganó un papel casi exclusivo de gran rival de Israel gracias a su prédica de odio contra el Estado hebreo y años de violencia y lanzamientos de cohetes contra el eterno enemigo. Pero la dura campaña militar israelí llevada adelante en Gaza con el cambio de año y la renovación del gobierno estadounidense cambiaron el panorama en Cercano Oriente. Hamas lleva meses cuidando que se respete la tregua con Israel. Y el jefe del buró político de la organización, Jaled Mashaal, ensaya desde su exilio en Siria un tono más conciliador, presentando por ejemplo a Hamas como "dispuesta a participar en todas las iniciativas que lleven a una solución justa en el conflicto palestino-israelí". Mashaal se mostró incluso dispuesto a la creación de un Estado palestino con las fronteras de 1967. En otras palabras, esto significa que Hamas podría llegar a un acuerdo con Israel. El núcleo duro del islamismo radical, que sigue admitiendo como única opción el exterminio de Israel, considera que esa posibilidad suena a traición. Pero cuando su imán llamó este viernes en Rafah a crear un emirato islámico, Hamas no tardó en dar su sangrienta respuesta. (DPA)