(Escrito luego de ver un informe emitido recientemente por TN sobre desnutrición infantil en el norte argentino).
"La Argentina es el granero del mundo", "En la Argentina los únicos privilegiados son los niños", "Hay que pasar el invierno", "El que apuesta al dólar, pierde"... y la última, de E. Duhalde: "La Argentina está condenada al éxito". Lo cierto es que en el granero del mundo los niños se mueren de hambre, los inviernos pasan y pasan, el dólar aumenta y la condena no se ejecuta. Da escalofríos ver los informes sobre la desnutrición infantil en el norte argentino.
Muchas veces escuchamos la frase: "La Argentina no es un país subdesarrollado sino subadministrado". Puede ser, no debe ser fácil administrar tanta inmensidad y tanta riqueza. La oposición dice que en nuestro país hay catorce millones de pobres y el oficialismo que "sólo" hay seis millones. Yo digo que en la Argentina no debería existir un pobre ni de muestra.
¿Qué será?, la fatalidad, predestinación, mala suerte o incapacidad, irracionalidad y egoísmo los que nos hacen figurar siempre a la cabeza del ranking mundial, cuando de índices negativos se trata: corrupción, accidentes de tránsito, inseguridad... y lo último, gripe "A" (hay más muertos en la Argentina que en el resto del mundo).
La bandera de la tan proclamada "justicia social" es agitada insistentemente, sobre todo en épocas preelectorales, al igual que la famosa "redistribución del ingreso". Pasan los años, pasan los gobiernos y nada cambia o cambia para peor: reapareció la tuberculosis, el dengue se cobró -y cobrará- sus buenas víctimas y lo único que nos falta es que la parálisis infantil diga ¡presente! La "movilidad social" pareciera existir pero en sentido descendente y no ascendente.
En los países nórdicos, la excesiva riqueza es mal vista y la brecha entre "ricos" y "pobres" no es muy grande, lo cual hace que todos vivan bien.
Que haya niños desnutridos es penoso en cualquier lugar, en la Argentina además de penoso es inadmisible. Si no se los alimenta por sentido humanitario se lo debería hacer por conveniencia; como se sabe, es más económico alimentar a un chico que mantener a un infradotado el resto de su vida.
Hay recursos para ello, pero no veo que el tema figure en la agenda política. Habría que dejar la retórica de lado y sin tanta "cháchara", mediante acciones concretas, revertir esta decadencia que, desgraciadamente, viene de lejos. Como indicador podemos verla reflejada en nuestro signo monetario, ya se está hablando de una nueva devaluación, como si hubiera habido pocas.
Trece ceros fueron eliminados desde el "Peso moneda nacional", pasando por "Peso ley 18.188", "Peso argentino", "Austral" y el actual "Peso" (¡qué vocación para el fracaso!). Se requiere urgentemente más comida y educación para el gran pueblo argentino, lo demás vendrá "por añadidura" como dice el Evangelio. Termino con la frase de un filósofo español, muy conocida: "Argentinos... a las cosas" (caso contrario, las cosas vendrán por nosotros, ya sea a través de la delincuencia o de las enfermedades).
Lucía Bedin
DNI 16.407.296
Neuquén