Que la Constitución del Neuquén establezca que es una provincia laica es una disposición que define una de las características del Estado neuquino, pero no de la sociedad, la que probablemente sea mayoritariamente religiosa.
Que el Concejo Deliberante de la ciudad de Neuquén trate una iniciativa destinada a autorizar o no un monumento a la Biblia es un hecho que perfectamente encuadra en la actividad de un gobierno democrático, en una sociedad pluralista.
Que un representante o funcionario con representación política apoye esta propuesta, aun cuando él se declare ateo, es una actitud que no se debe juzgar como no ética. Por el contrario, los representantes deben promover aquellas propuestas que conforman las inclinaciones de sus representados, incluso en el caso de que éstas no estén totalmente de acuerdo con sus propios deseos o intereses.
Nadie puede negar la importancia que tuvo y tiene la Biblia en la vida de muchas personas y pueblos.
Respecto de esta propuesta se puede estar a favor, en contra o ser indiferente, pero lo que resulta falaz es fundamentar el rechazo en el hecho de que la misma vulnera principios básicos de la Constitución de la provincia del Neuquén.
En una sociedad pluralista no se debe temer que existan personas que piensen y sientan en forma diferente. Se debe aceptar, además, que son muchos los que creen que "no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios".
Agustín Argibay
LE 7.591.523
Cipolletti