He leído atentamente la carta de María González, de la ciudad de Neuquén, titulada "Multen, pero cumplan con su parte". Me pareció un texto interesante y para reflexionar, pero me quiero referir a una afirmación que me parece equivocada y es cuando dice "si una persona no se quiere a sí misma (se está refiriendo al conductor de un auto) y no usa el cinturón de seguridad, no perjudica al prójimo".

Quizás la firmante debería recordar la inmediata asistencia de los agentes de seguridad que acuden normalmente en los accidentes de tránsito en la ruta y a altas horas de la noche, como son los bomberos, los policías y todo el cuerpo de médicos y enfermeros, sin contar los civiles que se ofrecen a ayudar? Quien haya asistido a un accidente sabe con qué esfuerzo y voluntad todos los nombrados trabajan a destiempo por auxiliar al herido -que no se había abrochado el cinturón- y que, seguramente, está tirado a varios metros del auto. ¿Eso no es perjudicar al prójimo? Y no pensemos en los familiares, esposos, hijos, nietos, amigos? que en caso de fallecimiento sufren esa desaparición toda su vida y, de resultar con heridas graves, hay que sumarle la atención diaria que deberá tener ese "conductor irresponsable para con el prójimo?". Hay muchos otros aspectos sociales, económicos y laborales que se ven perjudicados por el accidente, el cual no hubiera sido de tal magnitud si se hubiera utilizado el cinturón de seguridad. Entonces, con todo respeto, le digo con firmeza: sí, puede llegar a perjudicar al prójimo.

Fernando González Carey, DNI 6.180.310

Roca