Una teleserie que plasma con crudeza algunas dificultades cotidianas de los cubanos divide a la crítica y es objeto de acaloradas discusiones en peluquerías, paradas de autobús y mercados callejeros.
"Diana", una de las novedades de este verano (boreal) en la estatal Cubavisión, llega a los hogares de la isla caribeña en horario "prime time" nocturno de los lunes, miércoles y viernes, y recrea conflictos frecuentes de la población como los problemas de vivienda y transporte, las carencias materiales, y cómo éstos repercuten en la vida familiar y social.
En la producción de 35 capítulos emitida desde principios de julio aparecen historias como la de una pareja que, pese al calor, hace el amor bajo una manta al vivir rodeada de familiares que están despiertos hasta altas horas.
O la de un mecánico que cobra en divisas y puede costearle así a su familia una vida bastante más holgada que la de su hermana técnica de laboratorio y su cuñado arquitecto, que ganan sueldos regulares en moneda cubana.
En uno de los capítulos, a un anciano le da un ataque mientras discute acerca del horario de encendido de la bomba de agua del edificio. Cuando se reincorpora, en lugar de ir a un hospital, pide regresar a la carnicería para no perder su turno, porque dice que por fin han llegado huevos y quiere comerlos con pollo.
En "Diana", producida por el Instituto Cubano de Radio y Televisión y protagonizada por actores cubanos de primer orden como Aurora Basnuevo, Verónica Linn, Fernando Echeverría o Isabel Santos, se reiteran las situaciones encrespadas, los escenarios desangelados y los personajes marginales, como el feo o el discapacitado. Incluso el galán de la serie es tartamudo y todo un antihéroe.
El semanario "Tribuna" estima que "Diana" es "viva expresión del carácter y la forma de ser del cubano", pero justo la proximidad a la realidad cotidiana parece no gustar a muchos. "Cuando llego a casa tengo que entretener a mis dos niños e inventar algo para cenar. Para deprimirme con los problemas de siempre, prefiero no verla", afirma una dependienta en una heladería de La Habana.
Un periodista cubano considera que la serie genera rechazo porque durante mucho tiempo dichas realidades no han tenido un lugar en la pantalla: "Muchos, aunque quieren, necesitan un tiempo para acostumbrarse. Parece que la línea oficial es que no se oculten las cosas, sino que se aprenda a enfrentarlas. Si se ve en televisión, es porque tiene todas las aprobaciones".
El crítico Pedro de la Hoz escribe en el diario "Granma" que "hay quienes se cuestionan la crudeza con que se exponen los conflictos principales" y que "no es que nieguen su existencia real", sino que "sacan cuentas acerca de si es admisible que un espacio de ficción, privilegiado como opción de entretenimiento, muestre un rosario de problemas agobiantes, los mismos que padecen".
No obstante, en el diario "Juventud Rebelde", José Alejandro Rodríguez rompe una lanza en pro de "Diana" y considera que las penalidades narradas tienen una doble lectura: "Nos ilustra con realismo crispante las mezquindades y los turbios pasadizos adonde pueden conducirnos las carencias y límites de la sociedad; y al propio tiempo, las grandezas y virtudes que pueden prevalecer en esos mismos seres, a ultranza de los agobiantes imponderables".
El guionista y director Rudy Mora afirma que en el centro de la historia está la familia cubana y los conflictos que aborda, muchos vinculados con la vivienda. "Quisiera que los espectadores se autoreconozcan con el tema y los que no, porque no es su problemática, tengan un instante de reflexión", dice.
"'Diana' es mi diana. Es el punto que no dejo de mirar porque es esencial. Somos de una familia numerosa o reducida, armónica o contradictoria, y siempre está con uno aunque exista distancia: esa es la diana y es la que propongo. La historia rueda sobre temas que atentan contra la desintegración familiar y sus consecuencias".
"Diana", con su formato experimental y poco acostumbrado para los televidentes cubanos, genera también polémica por el vertiginoso uso de la cámara, con zooms y cambios de plano constantes, la sucesión rápida de secuencias y escenas interrumpidas por transeúntes. En ocasiones, también los ruidos de ambiente impiden escuchar con claridad las conversaciones. Son herramientas que el director emplea para conseguir realismo, pero sobre todo espectadores de mayor edad coinciden en que les provoca "mareo".
Internet: www.tvcubana.icrt.cu/noticias/diana-nueva-teleserie-para-el-verano
DPA