Luis Felipe Sapag discurre sobre la neuquinidad y sus hipotéticos ¿propietarios?

Mis comentarios.

¿Qué debería hacer un neuquino cuando ve, escucha y sabe de los pequeños, medianos y grandes actos de corrupción y represión diarios, amparados, gestionados y ejecutados por el partido gobernante, el MPN, pretendido dueño de la neuquinidad, según don Luis?

Mientras leía el diario en un bar tuve que escuchar estas expresiones: "Tengo una palanca en el gobierno provincial para que me escrituren unos terrenos fiscales en Traful"; "¡Ése es un pelot? (en referencia a un empleado provincial), si quiere morir pobre, que se muera!"; "Hoy tengo mala suerte, se está muriendo la madre de ese hijo de p? que me gestiona en Casa de Gobierno los terrenos"; "En Junín se están muriendo y por dos monedas un amigo te entrega terrenos fiscales, todo legal?".

No es que el bar sea un antro de delincuentes. Estas expresiones son moneda corriente. Entonces, ¿qué hace un neuquino ante esto? Veamos las opciones.

Opción uno. Según don Luis, debemos callar ya que estos hombres que negocian sus chanchullos con gente del gobierno representan la neuquinidad. Es una ironía, ya que se ve que la opción no es ésa. Ya estoy escuchando los gritos desgarradores de don Luis Felipe diciendo que esto es mentira y que estos corruptos no pertenecen al MPN. El problema para Luis es que hasta un niño de Almafuerte II certifica que estos "negocios" son moneda corriente en el MPN, el que según don Luis Felipe tiene la propiedad de la neuquinidad.

Opción dos. Ante la indignación que deberían producir estos diálogos públicos, tomar una silla y partirla en la cabeza del corrupto gritando "¡Corrupto, corrupto!". No parece muy inteligente ni efectiva, ya que usted será demandado por lesiones y no tendrá pruebas de que el corrupto lo sea.

Opción tres. Analizar, indignarse serenamente, reconstruir la historia, tomar decisiones. Parece ser la más racional. Es reconocer que la historia tiene muchos caminos posibles y que las decisiones las tomamos todos. Debe reconocerse que el partido gobernante, de fuertes raíces peronistas (el MPN nació como alternativa electoral ante la proscripción del peronismo), apareció en el firmamento político neuquino como una opción atrayente: federalismo, esfuerzo, trabajo, justicia social, etcétera. Pero hay que reconocer que los procesos políticos e históricos dependen de hombres y mujeres, no son cuentitos de hadas ni programas informáticos infalibles: la historia la hacemos los hombres y las mujeres tomando decisiones, optando, cambiando rumbos. Y hay que decir que, como les ocurrió a tantos movimientos que prometían ser revolucionarios, el MPN se fue inclinando e inclinando hacia la prebenda, el clientelismo, la corrupción y el autoritarismo, llegando a la entrega de los recursos naturales de los que vivimos todos los neuquinos. Y lo peor es que no emiten ninguna señal de que quieran depurarse de esos dirigentes que decidieron fundir el MPN y convertirlo en lo que hoy es: un ejemplo nacional de corrupción.

Parece correcta la opción tres, che. Se trata de asumirnos como hombres y mujeres políticos que toman decisiones, que deciden escribir la historia con acciones concretas, que optan, que analizan y reemplazan dirigentes y políticas y que no se dejan engatusar por discursos "neuquenianos".

Don Luis Felipe Sapag promueve al MPN para las elecciones de concejales del 23 de agosto. Cuidado con las historias de cada uno. Guarda con la "neuquinidad" metida en el bolsillo de quien nos condenó al monopolio de Indalo, de quien ha sido el mayor contaminador de la historia de la capital, de quienes, en fin, adhieren al "neuquenismo" corrupto y antiguo del Movimiento Popular Neuquino. Guarda el 23... se viene una nueva forma de hacer política.

Luis M. Cabral, DNI 12.520.948 - Neuquén